Saludos amigos y amigas del béisbol, bienvenidos a otra jornada de la pelota criolla, hoy con la ilusión de ver a un equipo santeño, como aquellos del pasado, con tanto talento en sus filas, colmado por valientes toleteros, rápidos, completos y ases indescifrables en la lomita.
Los tiempos cambian, hoy día, Los Santos hecha de menos a un Adolfo Herrera, ese verdugo del plato que ponía a temblar a los lanzadores, a un César Rivera, simplemente mágico con el bate y espectacular con su guante, a un "Pirri" Sáenz, sonando y lanzando, a un Aristides Bustamante, siempre consistente y apodado el "Rey" del doblete...
Pero, hay que vivir con lo que se tiene, olvidarse de los tiempos de Víctor Falcón y Adlay Carrasquilla y mirar el presente, conformarse y decir, hay equipo para pelear y pensar que pueden llegar muy lejos, siempre y cuando piensen colectivamente.
Este año, Aurelio González tiene más experiencia y más tranquilidad para dirigir el equipo, sus peloteros han sido preparados en gran forma y su cuarto bate será de respeto en todos los sentidos.
El picheo no me convence mucho, pero su ofensiva puede cubrir algunos huecos. Lo que parece una duda y pudiera no ser así, es la defensa, donde Belarmino Campos deberá mostrar que tiene quilates para hacerse profesional. La clave estará en el fundamento, hacer las cosas bien, jugar mejor que su rival las nueve entradas. Superar el fundamento de Chiriquí y la agresividad de Panamá Oeste. Tocar la bola a la hora oportuna, correr bien las bases y no regalar nada.
También se tomará como factor decisivo el uso de los 2 lanzadores profesionales, que sólo tienen como límite 50 lanzamientos por salida y eso puede ser determinante. Aurelio González sabe que tiene que pensar bien, a qué hora y en qué momento utilizará sus profesionales, para sacarle el mejor provecho posible.
Tengo que ser claro, a pesar de la juventud de Belarmino Campos, Los Santos tiene sus esperanzas, todas, en lo que pueda hacer como tercero al orden ofensivo y de cómo se comporte con el guante.
Sólo sé que Los Santos es contendor. Y viene a rifársela.
¡Viva el béisbol!