"No hay gente culpable, hay un sistema que no funciona". Así piensa Guillermo Sáez Llorens, director general de la Caja de Seguro Social, un hombre cuya ruta se encuentra en dirección de la innovación de esta entidad.
Para Sáez Llorens, un hombre que proviene de la empresa privada, lo importante es mejorar el servicio al asegurado y rescatar la institución a través de la tecnología y no de la reducción de personal.
Para el problema de citas, por ejemplo, se ha desarrollado un plan en la Policlínica de Betania, cuyos resultados se han evidenciado rápidamente. Esta iniciativa permite la atención médica efectiva, a tiempo, sin demora ni filas. Este esfuerzo ha logrado también identificar las necesidades médicas generales y especializadas.
Otro de los asuntos de trascendencia es el de los medicamentos, que no solo escasean, sino que ocasiona graves pérdidas de dinero por la expiración y la forma de compras utilizadas para adquirirlos. Una de las causas es el modelo manual con que se llevan a cabo los inventarios, sin que se pueda conocer lo que hace falta ya que entre las farmacias no se da un intercambio de información.
Se ha podido detectar que mientras en la capital falta un determinado medicamento, en Penonomé, por ejemplo, existen excedentes. Entonces, a través de una red donde se integran los registros se podrá trasladar de un lugar a otro las medicinas, lo que resolvería la escasez y las compras innecesarias. Esto ayudará a que no se destruyan o boten medicamentos vencidos.
El alto funcionario, que no tiene historia política, lleva a la institución la visual del panameño común con relación a la Caja y por eso busca cambiar su imagen, en muchas ocasiones injustamente desprestigiada. Sáez pretende dar un giro hasta en la forma de vestir de los empleados.
Hay que tener claro que la institución tiene dos grandes socios, los patronos y los obreros. Romper ese esquema es una gran meta para Sáez Llorens, por eso repite tanto que debe ofrecerse un servicio eficaz. También tiene claro que no se puede privatizar, de acuerdo al artículo 3 de la ley 51.