El Ejército iraní probó "con éxito" una versión avanzada de su misil de medio alcance Sayil-2, alimentado con combustible sólido y capaz de llegar a Israel y a las bases estadounidenses en el golfo Pérsico.
El anuncio de la prueba balística tuvo lugar después de que la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobara por abrumadora mayoría nuevas sanciones contra Irán y las empresas que realizan negocios con su Gobierno por las sospechas que despierta su programa nuclear.
Israel, por su parte, amenazó en varias ocasiones con bombardear las instalaciones nucleares iraníes si el régimen de Teherán no acepta las exigencias de mayor transparencia en su programa nuclear.
Gran parte de la comunidad internacional, con Estados Unidos y el propio Israel a la cabeza, acusa a Irán de ocultar, bajo su programa nuclear civil, otro de naturaleza clandestina.