EDITORIAL
Gobierno atrapado
El gobierno ha quedado atrapado en un callejón sin salida representado por el tema del alza del pasaje a 25 centésimos. Los transportistas, con la mayoría de autobuses convertidos en chatarras ambulantes, iniciaron esta madrugada un paro; por otro lado los sindicatos y las organizaciones de izquierda amenazan con protestas de entrar en vigencia el incremento de la tarifa.
La dirigencia del transporte se siente engañada por el gobierno que emitió una resolución de la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre para autorizar el aumento, cuando el instrumento para adoptar el alza del pasaje era un Decreto Ejecutivo. En siete meses, ningún asesor del gobierno ni de la dirigencia de los buseros, se dieron por enterado de esa falla y correspondió a la Corte Suprema de Justicia, suspender provisionalmente el incremento que debía entrar en vigencia el 15 de diciembre.
Sin duda que viene un enfrentamiento. El gobierno ha advertido que quitará los cupos a los dueños de autobuses que no presten el servicio; los transportistas, con una amenaza irrespetuosa, piden a los panameños que no salgan hoy a las calles, porque no responden lo qué pueda pasar.
Al mismo tiempo todavía queda en la mente de los panameños el caos que se generó en mayo, tras las protestas realizadas contra el alza del pasaje. Diciembre un mes que debía caracterizarse por la paz, cordialidad y hermandad, puede convertirse en un diciembre negro, si los dirigentes del gobierno, del sector transporte y de los sindicatos, no mantienen sus mentes frescas y control sobre sus emociones.
El proyectado aumento del pasaje en el transporte público representa el detonante, que puede generar una crisis de graves consecuencias en el país. Si bien es cierto que la tarifa básica del transporte no se aumenta desde hace 22 años existe otra realidad peor: la mayoría de los usuarios apenas tienen para comer y un alza de 15 a 25 centésimos, empeoraría su situación.
Las aspiraciones de los transportistas llegan en mal momento y además salvo de seminarios no asimilados para mejorar el trato a los usuarios, poca mejoría se observa en el sector transporte.
Además la cartilla fijada para mejorar el servicio es insuficiente y la mayoría de los requisitos eran insignificantes. Nadie puede pagar 25 centésimos por montarse en una chatarra ambulante, cuyo conductor anda como alma que lleva el diablo por las calles del área metropolitana.
Por un buen servicio, con aire acondicionado y asientos cómodos, nadie se queja y prueba de ello son las rutas que cubren los Corredores Norte y Sur, donde los usuarios pagan sin protestar hasta 75 centésimos.
Las manifestaciones y paros que origina el alza del pasaje pueden desencadenar prácticamente una anarquía y la nación camina por senderos peligrosos. El gobierno está en medio de dos fuegos: el de los transportistas y el de los sindicatos opuestos al alza. Para salir de esta encrucijada hay que actuar con inteligencia, ser cautos y tener disposición de diálogo, de lo contrario se les puede formar el pandemonium.
PUNTO CRITICO |
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