En el mundo, las armas pequeñas y ligeras son las causantes de al menos medio millón de muertes, una por minuto. La mitad de esas muertes ocurre en lugares en guerra. Pero la otra mitad acontece en sitios "en paz", como Río de Janeiro o Mazatlán. Una campaña internacional busca establecer mecanismos legales básicos que regulen la transferencia de armamento en el planeta .
DALIA GOMEZ MORENO, de 13 años, murió de un balazo en su salón de clases, cuando Alejandro, su compañero, presumía su pistola a otros compañeros. Seguramente el lector recuerda que este hecho sucedió en mayo pasado, no en alguna high school estadunidense, sino en la delegación Iztapalapa.
Alejandro declaró que recién había adquirido su escuadra 380 en 900 pesos en un mercado y que el vendedor fue un muchacho de 16 años. Consiguió el arma, dijo, para defenderse de una pandilla.
La marcha del domingo 27 de junio (en México) demostró que miles viven atemorizados por la inseguridad. ¿Cuántos de esos ciudadanos han conseguido armas de fuego para defender a su familia, su hogar, su negocio? Además de los ciudadanos, claro, están los delincuentes.
Entre el 1 de diciembre de 2000 y el 13 de febrero de 2004, se aseguraron 23 mil 223 armas de fuego y un millón 517 mil 346 municiones, según el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi), dependiente de la Procuraduría General de la República (PGR).
"La mayor parte de las armas (cortas y largas) que se introducen al país de manera ilícita con mayor frecuencia, según informes de la PGR, son de fabricación principalmente estadunidense, rusa, yugoslava, brasileña e israelí", dice la especialista en seguridad internacional Guadalupe González, miembro del Centro de Análisis Estratégico y Negociación Internacional (CAENI), dedicado a la investigación y al análisis de políticas internacionales y de seguridad.
Pese a la más estrecha relación entre dependencias mexicanas y estadunidenses en materia de decomiso de armas, la vocera en Washington de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos , Donna Sellers, dijo a La Jornada en Washington que “el Congreso ahora les prohibe revelar (el número de armas decomisadas en México de procedencia estadunidense)”.
“Esto es un retroceso en cuanto al control de armas. Si sabemos dónde se usan ilegalmente las armas estadunidenses, podemos poner controles a éstas al salir a través de las exportaciones legales”, dijo Rachel Stohl, analista del Centro para la Información de Defensa, en Washington.
“Estados Unidos no tiene un adecuado control de las tiendas de armas en la región fronteriza y venden armas como si fueran dulces”, dijo José Luis Santiago Vasconcelos, subprocurador de la PGR, en una conferencia de prensa el pasado 26 de junio.
Al parecer, el problema no sólo radica en la entrada de armas, sino también en su exportación. Según el recién publicado Barómetro de Transparencia del Comercio de Armas Pequeñas, de Small Arms Survey (proyecto de investigación y análisis con sede en Ginebra), México ocupa uno de los últimos lugares en transparencia respecto a sus exportaciones de armas. La transparencia se mide según el nivel de acceso a la información; la claridad y amplitud de la información otorgada; la información disponible sobre las licencias que se otorgaron y las que se rechazaron, y sobre las entregas. Paradójicamente, Estados Unidos obtuvo 14 de los 20 puntos en transparencia.
UNA MUERTE CADA MINUTO
En el mundo, las armas pequeñas y ligeras causan al menos medio millón de muertes, una cada minuto, dice Lora Lumpe, experta en el comercio de armas y colaboradora del Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz, uno de los centros de investigación independientes sobre temas relacionados con la paz más reconocidos del mundo, con oficinas centrales en Noruega. “Cerca de la mitad de estas muertes ocurrieron en lugares en guerra, la otra mitad en sitios ‘en paz’, como Río de Janeiro”, explica Lumpe.
Con el fin de controlar el negocio de las armas, en octubre pasado Amnistía Internacional (AI), Oxfam y la Red de Acción Internacional de Armas Pequeñas (IANSA –por sus siglas en inglés–, que reúne a 500 grupos) lanzaron la campaña Armas bajo Control, que busca que los gobiernos apoyen un Tratado Internacional sobre Comercio de Armas.
En el reporte “Vidas destrozadas”, de la campaña, las armas pequeñas están clasificadas como aquellas diseñadas para uso personal (incluyen a los revólveres, las pistolas autorecargables, los fusiles, las carabinas, las sub-ametralladoras, los rifles de asalto y las ametralladoras ligeras) y las armas ligeras son aquellas diseñadas para ser usadas por un equipo (ametralladoras pesadas, lanzagranadas y armamento portátil antitanque y antiaéreo, entre otras).
En el país la campaña es coordinada por las secciones mexicanas de Oxfam y AI, y por el CAENI, y se centra en hacer un “trabajo de información, educación y conciencia”, a través de actividades como la realización de investigaciones en la materia, reuniones con legisladores y pláticas con organizaciones civiles, explica Guadalupe González.
Sobre los ciudadanos armados, la investigadora dice: “Nos preocupa que se piense que la solución es tener más armas, porque ya se ha demostrado que mientras más circulante haya –legal o no–, mayor es el riesgo”.
RICOS PRODUCEN, POBRES CONSUMEN
Ilustración de Cintia BolioSi Alejandro en verdad consiguió la escuadra 380 para defenderse de una pandilla, lo que lo motivó fue el miedo. El miedo que, según muestra magistralmente Michael Moore en Bowling for Columbine (Masacre en Columbine), mueve a los estadunidenses a ser la nación más consumidora de artefactos para matar (220 millones de armas de fuego para una población de 293 millones de personas). “En Estados Unidos, 30 mil personas mueren a causa de armas de fuego al año”, dice Lumpe.
“Cada año se fabrican 16 mil millones de municiones en el mundo”, informa la página de Armas bajo Control. Equivale a 2.5 por cabeza. Hay 640 millones de armas pequeñas y ligeras en el mundo, una por cada 10 personas, fabricadas por al menos mil 249 empresas en más de 90 países, según el último informe, Rights at risk (Los derechos en riesgo, junio 2004), de Small Arms Survey.
Estados Unidos lleva la delantera: es el principal fabricante, importador y exportador. Las compañías estadunidenses producen la mitad de las armas en el mundo.
“En 2002, las entregas a Asia, el Medio Oriente, Latinoamérica y África representaron 66.7% del valor de todas las entregas de armas.