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El peor error de una madre

Por: Julio César Caicedo Mendieta | Colaborador

Por culpa de muchas madres en el Panamá de hoy, gran cantidad de adultos tememos, desconfiamos y antipatizamos con los niños. Y es que existen madres que confunden su amor con: Malacrianzas y complicidad. Como consecuencia de este equívoco copiado de la parábola en donde mamá mona ahogó en sus brazos al monito que más quería, a veces los peores delincuentes son formados por sus propias madres y abuelas.

El descarrilamiento comienza cuando no se acepta ninguna querella contra sus hijos o nietos, venga de donde venga. Es allí en donde el niño o niña, se convierte en una odiosa criatura, propenso a transformarse en un temible monstruo en poco tiempo, alimaña antisocial, que cuando crecido es capaz de darle con un bate en la cabeza a cualquiera de sus padres o abuelos, como le cambien las reglas del juego. Y es que la mayoría de los "pelaos" que crecen amparados por las faldas de su abuelita o mamá, tienen licencia para esconder todos los fracasos de escuela, robarse pequeñeces que se les antoje y cometer todas las maldades posible, pues se sienten protegidos por un ser capaz de defenderlo hasta las últimas consecuencias.

Es cierto que los niños alegran los hogares y las calles de nuestro entorno. Pero así como es un riesgo en cualquier ciudad del mundo tocarle el rabo a un perro desconocido, también lo es acariciar o llamarle la atención a un niño que no sea suyo aquí en Panamá.

Me asombran la facilitad que demuestra los niños para la lágrima. Berrean por todo. Si la comida que le sirven en el almuerzo no es de su agrado lloran a ¡gritos!..., es en esos momentos cruciales de la verdadera educación, en que la abuela corre hasta donde el chinito a comprar la comida chatarra y la soda. Si los padres tienen que irse a trabajar lanzan quejidos para hacerle creer a los vecinos que les están sacando los ojos con un destornillador. No sabemos de quién es la culpa, pero en Panamá cogió fuerza la crianza a base de: Pucheros, sollozos y los berridos.

Educar a las futuras madres, sería lo ideal y considero que la primordial materia sería la concerniente a no tener hijos con varios padres, esto limita y enreda la crianza.



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