Lágrimas de sufrimiento por las condiciones de extrema pobreza en que viven varias familias en la ciudad de Santiago, provincia de Veraguas, es la muestra palpable de que en el Día de la Madre no hubo un bocado para celebrar. Inés, Gladis y María Rodríguez, hermanas con un sinnúmero de necesidades, indicaron que días tras días soportan el hambre al igual que sus hijos.
La señora Inés manifestó que no tienen esposos que las ayuden con el sustento del hogar, y aunque a veces trabajan lavando y planchando ropa de algunos vecinos, el dinero no les alcanza para las tres comidas del día.
Aseveró que lo que más les preocupa es que los niños ya se están enfermando porque no comen.