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Este día de la madre será inolvidable para Narcisa Lagrand, una madre colonense. El dolor de perder a su hijo, Víctor, de 25 años, ha marcado su corazón para siempre.
A su verdugo no le importó que este joven tenía tres pequeños hijos que mantener, su esposa, madre, hermanos y familia.
Tenía sólo 11 meses de laborar como guardia de seguridad de la empresa Security Millenium. Había entrado ese último día a las 11:00 de la noche para relevar a su compañero.
Su trabajo consistía en vigilar el edificio de Plaza Caribe, recién construido para locales comerciales, ubicado en los Cuatro Altos de la ciudad de Colón.
Antes de llegar había dejado a su pequeña hija de 7 meses de nacida, Yibeisi Lagrand, con una señora que la iba a cuidar esa noche porque su madre Yanira tenía un compromiso. La recogería al día siguiente; pero no pudo ser.
Además tenía otras dos niñas: Yirisbel, de 2 años, y Yaniris, de 6. Víctor vivía con su madre y su esposa en Villa del Caribe.
Algunos compañeros dijeron que Víctor no tenía arma de fuego esa noche, sin embargo, la empresa de seguridad y el supervisor aseguran que tenía una pistola calibre 38.
Su cadáver fue encontrado por José Mack, otro seguridad a quien le correspondía relevar a Víctor. Mack manifestó que llegó aproximadamente a las 6:45 de la mañana del domingo, de inmediato le dio una vuelta al perímetro y no encontró a su compañero, pero cuando miró al otro lado, vio un cuerpo boca abajo y llamó al supervisor.
"Yo soy cristiano y a mí el señor me ilumina, así que en el momento que lo vi sentí que estaba muerto", dijo Mack.
El cuerpo de Víctor estaba rígido, en su mano derecha apretaba un encendedor lo que supone que iba a fumar o alguien se lo pidió. Vestía un pantalón largo, franela, abrigo azul y zapatos negros.
Los funcionarios de la Policía Técnica Judicial, de la Subdirección de Investigación e Información Policial y del Ministerio Público, al inspeccionar al cuerpo, sólo observaron una pequeña herida en el abdomen, lado derecho y un golpe en el pómulo que pudo ser causado por la caída.
Lo que más llama la atención a los funcionarios es que cerca del lugar del crimen se encontraron dos casquillos de un revólver calibre 38. Una gorra que se supone era de Víctor.
Julián Antioco, de la empresa Millenium, dijo que Víctor tenía su equipo de trabajo completo, eso incluía el arma, pero otros lo niegan. Indicó que el supervisor lo vio con vida a eso de las 2:30 de la mañana.
Las hipótesis es que quienes lo mataron fueron en busca del arma porque las instalaciones que cuidaba no están funcionando. Este es el segundo muerto que se registra en la ciudad de Colón en los 8 primeros días de diciembre. |