El golpe de morcillera que está tratando de pegarle el Gobierno al moribundo bolsillo de los panameños con la Reforma Tributaria no tiene nombre y quedará grabado en la historia republicana como una puñalada por la espalda, al intentar encarecer servicios y artículos de consumo, lo que, traerá un efecto de boomerang y aumentaría el desempleo.
Cualquier teórico de la economía por menos ilustrado que sea, sabe que el aumento de impuestos como fórmula de captar mayores ingresos ha gozado históricamente de muy mala reputación y golpea por parejo a pobres y ricos, provocando efectos posteriores devastadores.
El problema no está en decirles a los que más ganan, que deben aportar a los que menos tienen, sino calcular que tales medidas no se reviertan causando el cierre de empresas, desmejorando las condiciones laborales y salariales de la población y provocando posteriormente efectos incontrolables.
Gravar con un impuesto más alto el servicio médico privado sería reducir la cantidad de usuarios de las clínicas y con ello, como consecuencia lógica, recargar a los centros médicos públicos que ya tienen problemas de sobrepoblación.
Igual ocurriría con los salones de belleza que emplean a nacionales, que atraviesan por sus peores momentos a consecuencia de la competencia desleal de elementos extranjeros, procedentes de países con salarios por debajo de los nuestros, y que con la prestación de servicios a domicilio, están llevando a la quiebra a los negocios establecidos. |