Cuando el Cholito Mesero del viejo café de Santana me dijo que era falso que “madre sólo hay una", pensé que me "tomaba el pelo", como dicen en San Francisco de la Caleta. Luego me explicó que él tenía que hacerle regalo a su madre, a una tía muy querida que ayudó en su crianza, y una hermana mayor que se preocupó porque fuera "hombre de bien".
Entonces se convenció y lo felicité, porque estaba reconociendo a todas las mujeres-madres, y no solamente a quien lo trajo al mundo.
Casos de "otras" madres que ayudan a criar a niños son numerosos aquí y en varios países.
Y hay que rendir especial homenaje a aquellas damas que no pudiendo dar a luz, adoptaron niños que no tenían el calor de sus madres.
Lo lamentable del llamado "Día de la Madre" es que solamente es una vez en el año. Realmente, todos deben ser los días de la madre, porque hacen falta días para agradecer al ser que nos dio la vida y nos cuidó cuando lo necesitábamos.
Pero hay algunos hijos desconsiderados, que aprovechan la fecha para llenar de trabajos y obligaciones a sus madres. Llegan donde ella con toda su familia y la vieja tiene que cocinar y atenderlos, aunque tal vez no tenga energías ni disposición para esto.
Eso que "madre sólo hay una" significa que siempre se sabe quién dio vida a un ser humano. A veces los padres salen huyendo cuando se les informa que serán papás, para no responsabilizarse por el embarazo.
Las madres solteras son ejemplos de valor y amor. Menos mal que ahora no se les critica ni denigra, y la sociedad acepta esta realidad tan común en nuestro continente.
Ser madre es un oficio de toda la vida y no disminuye con los años. Así lo comprenderá el hijo viejo, que ante la madre llena de arrugas y años, es llamado con un sobrenombre cariñoso, como si fuera un chiquillo.
Siempre la madre verá a los hijos como pequeños, que necesitan su protección y consuelo, no importa los "mayuyones" que se hayan convertido con los años.
(No quiero mencionar a unas cuantas mujeres que no nacieron con el noble don del amor maternal y quieren eliminar a sus hijos. Pobres de esas escasas mujeres que no tienen amor para darle al producto de sus entrañas...)
Con los años las madres se van quedando atrás en el desarrollo de la civilización, en muchos casos. Entonces será una "obsoleta" y anticuada para ciertos nietos "modernos" e irrespetuosos. "Una vieja metiche" es el peor insulto que puede recibir una madre que no comprende la vida actual. Ahora el sexo no tiene mayor valor, y los jóvenes consumen su vida en fiestas y desenfrenos.
Como todos los años, esta columna (escrito) va dedicada a mi madre, la maestra jubilada Italia Vaccaro viuda de Ortiz.
Ella fue ejemplo de la educadora preocupada por sus alumnos, de la madre protectora. Y aunque no siempre me gustaron sus actitudes, hago esfuerzos por comprenderla, y pienso que no tengo cómo agradecerle todo lo que hizo por sus hijos. |