Miles de panameños saturan en estos días las calles de Panamá con el fin de comprar los regalos. Tal fue el caso del Día de las Madres, en donde el movimiento popular fue enorme, como era de esperarse.
Desde abanicos de techo hasta sandalias para la vieja, incluso alguno que compraba una tempranera "rosca de huevo" para un almuerzo especial hecho en casa, la gente dispuso sus esfuerzos por adentrarse de lleno en las festividades de fin de año.
Empero, no todo es alegrías. Varios comerciantes de buhonería y vendedores de comidas no reflejaban mucha felicidad. "Todo esta muerto, no me compran nada, la cosa está dura", decía una señora frente al Super 99 de San Miguelito, quien ofrecía frutas frescas y verduras.
Otro asunto es que la austeridad parece haberse fortalecido en los panameños. Los ahorristas no tenían en si mucha confianza en gastarse todo su dinero acumulado con tesón por 12 meses, para usarlo en las fiestas navideñas.
Igual pensamiento tenía un joven taxista, el cual no evidenció mucho movimiento de personas para comprar en este mes de fiestas. "Amigo, las carreras son muchas y ganamos algo, pero noto que la gente solo busca lo necesario, casi siempre hacemos viajes cortos", indicó Rafael, quien agregó haber sufrido un difícil día.
En los últimos tres años, este mes de diciembre de 2002 representa un periodo complicado para los comerciantes, pequeños o grandes, quienes han vertido todos sus esfuerzos para ofertar en lo posible, sus productos y servicios a precios módicos. |