El cielo se oscureció. La amenaza de huelga se ha posado sobre la ciudad y todo indica que caerá una tormenta eléctrica que hará sentir su negativa ante la posibilidades de cambio de reglas en el sistema de transporte público.
Los transportistas han anunciado una caravana para el próximo 11 de diciembre a partir de las 12: 00 de mediodía y el paro empezaría una vez la propuesta del Ejecutivo llegue a la Asamblea o el presidente la apruebe vía decreto-ley .
Los aires navideños que comenzaban a sentirse con mucha alegría serán trastocados y todo por culpa de los dueños de buses que se oponen a la transformación total en el transporte.
Los transportistas tienen como objetivo demostrar al presidente Torrijos cuántas personas dependen del sector transporte, además del total rechazo a la Ley 14 que rige la actividad.
De registrase la caravana y un eventual paro, la economía será drásticamente afectada debido a la gran cantidad de trabajadores que no podrán llegar a tiempo a sus trabajos en un mes donde la actividad comercial es muy acelerada.
Las autoridades deben ser sabias a la hora de enfrentar esta amenaza, de manera tal que no afecte a los usuarios. Si los transportistas no desean prestar el servicio, entonces hay que tener un Plan B para que se respete de una vez por toda la decisión presidencial y el deseo de todos los panameños que esperan un servicio más eficiente.
Rogamos a Dios para que el problema se resuelva, sin dar mayor oportunidad que la de sumar a los transportistas a la modernización añorada.
Este país no se merece una lucha entre hermanos. La lucha en la cual debemos estar todos es contra la corrupción, la pobreza y el desempleo.