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Hasta en la casa privada de Fidel Castro, gobernante de Cuba, se encontraton computadores y todo un equipo de telecomunicaciones, intervenido. Foto AP  |
Un empresario panameño y varios importantes funcionarios del Consejo de Estado de Cuba, arrestados en la isla a principios de este mes, están siendo vinculados a actividades de espionaje en favor de Estados Unidos, según informó a "El Nuevo Herald" una fuente relacionada con las investigaciones.
Filtraciones de información y documentos pertenecientes del Consejo de Estado, y hasta conexiones telefónicas y de computadoras en la casa privada del gobernante Fidel Castro, podrían estar relacionadas con este proceso que tanto La Habana como Panamá mantienen en silencio y del que ningún funcionario quiere hablar con nombre propio.
Alejandro Abood, de 50 años, empresario panameño conectado con los altos círculos del poder en Cuba desde hace tres décadas, se encuentra detenido en Villa Maristas, cuartel general de la Seguridad del Estado ``sujeto a investigaciones por [ser un] supuesto agente de la CIA'' explicó la fuente.
También están detenidos los funcionarios cubanos, William Villareal y Tomás Ugalde Rodríguez, y otros dos conocidos por sus apodos de Reynaldo ``El Gallo'', a cargo de asuntos del Puerto, y Reynaldo ``El Tigre'', de asuntos de Aduana. Todos ellos funcionarios de la Oficina de Asuntos Especiales del Consejo de Estado, que atiende directamente los planes del Comandante en Jefe.
``El caso particularmente serio es el de Tomás Ugalde, un ingeniero eléctrico que tenía a su cargos las instalaciones de telecomunicaciones en el Consejo de Estado y hasta en la casa privada de Fidel'', subrayó la fuente.
Las investigaciones del caso, añadió la fuente, están a cargo del coronel Rabeiro y son supervisadas directamente por el general de brigada Armando Quiñones, jefe de Contrainteligencia Militar del Ministerio del Interior.
``Lo que se sabe hasta ahora es que funcionarios cubanos han confesado que recibían entre $500 y $1,000 dólares por informaciones que pasaban a Abood'', precisó la fuente.
Funcionarios de la cancillería panameña, contactados por "El Nuevo Herald", admitieron el arresto de Abood, pero eludieron ofrecer detalles sobre la acusación.
Familiares de Abood mantienen prudente distancia de la prensa y se niegan a dar declaraciones. Abood es casado en segundas nupcias con una cubana que reside en ciudad Panamá. Tiene tres hijos de un primer matrimonio y uno de ellos es abogado de uno de los más importantes bufetes de la capital panameña.
Analistas políticos consideran que Cuba podría estar ``construyendo'' un caso contra Panamá, en represalia por su negativa a extraditar al exiliado cubano Luis Posada Carriles, arrestado en este país el pasado año. El hecho quizás también esté relacionado con el arresto de su espía en el Pentágono, Ana Belén Montes.
Abood mantenía relaciones comerciales con Cuba desde hace 30 años. Sus operaciones comerciales eran tramitadas por medio de la Oficina de Asuntos Especiales del Consejo de Estado y consistían fundamentalmente en la venta a Cuba de material biofarmacéutico.
Los productos, adquiridos en Panamá y la Zona Franca, eran facturados a SERVICEX, una supuesta empresa perteneciente al Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, pero en realidad una entidad que está bajo la dirección del Consejo de Estado, encabezada por Rodolfo Fernández, alias Conaca, hombre de confianza de Castro, desde los lejanos días de la Sierra Maestra.
Según las acusaciones de Cuba, Abood comenzó a trabajar para la CIA y aprovechando la confianza en altos círculos del gobierno, comprometió mediante el soborno y la corrupción a varios funcionarios del Consejo de Estado.
Sin embargo, según fuentes panameñas, la historia es diferente. ``Abood trataba de cobrar una deuda millonaria que le debe el gobierno de Cuba y por eso sobornó a algunos funcionarios del Consejo de Estado'', declaró una de las fuentes.
Abood no es el único empresario panameño al que los castristas le adeudan cifras millonarias. Por lo menos unos $500 millones están en peligro de no ser cobrados nunca, según comentaron a El Nuevo Herald funcionarios gubernamentales panameños.
``Algunas empresas panameñas que negociaban con Cuba quebraron, como es el caso de la firma Cohen y Atía y otras enfrentan esa posibilidad si Cuba no les paga'', añadió la fuente. |