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Mesa de discusión sobre el diálogo nacional económico.  |
Semana tras semana escuchamos a los integrantes del diálogo nacional esgrimir posiciones diferentes sobre el desarrollo económico de la Nación. Nos dicen que hay consenso en el uso del Fondo Fiduciario y de otros puntos importantes para intentar nuevamente el despegue económico de Panamá. Sin embargo, no logran avanzar para establecer los acuerdos en blanco y negro y darle el impulso que necesita la debilitada economía nacional.
Mientras, el pueblo sufre, los desempleados aumentan y la crisis agobia cada vez más a sectores del pueblo panameño. Los empresarios, los trabajadores, la iglesia, el gobierno y la oposición, tienen el deber patriótico de empinarse por encima de las discrepancias menores y subalternas y darle al país una salida digna, con beneficios tangibles para todos o para las mayorías necesitadas. Ese es su deber histórico para con la Patria. El no hacerlo, es imperdonable.
Pero la alharaca, que tanto gobierno como la oposición han formado discutiendo temas de menor importancia nacional como lo son la ratificación de Winston Spadafora en la Corte Suprema de Justicia, el de las partidas circuitales, el presupuesto de la Nación 2002 y cuanto tema los divide y sirve de pugna entre ambos bandos, lo traen a colación para hacer un debate público y así confundir y desesperanzar más a nuestro agobiado pueblo. Es hora de ser grande, visionario y trabajar por el país, por favor, salvemos a la patria, ¡Hagámoslo ya!
Mireya Moscoso, presidenta de la República, tiene la responsabilidad como mandataria de lograr conciliar todos los sectores nacionales para obtener el consenso que permita el desarrollo económico y social del país.
Parece que a veces se le olvida y con declaraciones simples, provoca enfrentamientos políticos innecesarios. Por ejemplo, el caso de Spadafora no es de prioridad nacional, pero se ha convertido en el tema de mayor debate, pérdida de tiempo y de bajas políticas.
A Martín Torrijos, secretario general del P.R.D., le recae la responsabilidad de dirigir a sus seguidores y en especial a sus legisladores, a un manejo político más cónsono con la situación que vive el país. Toda clase de declaraciones y en todos los tonos, se vienen dando en este colectivo político, que si bien es cierto es bueno que se haga en democracia, denota que no existen las consultas ni la información necesaria que sus agremiados exigen. Por el bien de la Nación piensen y actúen mejor, dejando lo pequeño atrás y enfrentendo su responsabilidad en el devenir de esta república, que aún no tiene su primer centenario de independencia. |