Pasaron los tiempos en que los padres imponían la profesión a los hijos. En los que si eras mujer y tu mamá maestra, secretaria o enfermera, sólo tres puertas se abrían para ti.
Para los varones, ser médico, abogado o contable era la regla.
Hoy los hijos, por lo general, escogen la carrera que desean estudiar.
Es que no es lo mismo estudiar y ejercer una profesión por convicción que por imposición. Si te la imponen, no trabajas con gusto. Si la eliges, le pones alma y corazón.
Tanto los pedagogos como los psicólogos organizacionales recalcan que a la hora de elegir una carrera es importante que los estudiantes tengan bien claro varias cosas. Primero, que es en el ámbito laboral donde mayor tiempo se pasa, a menos que seas dueño de tu empresa y entonces tú decides tu horario y centro de operaciones.
Segundo, que puede que a ti te guste una carrera, pero no tienes habilidades para desempeñarte exitosamente en ella.
Tercero, que a lo mejor tienes habilidades para el canto, el diseño gráfico o la pintura, pero no quieres dedicar tu vida a ello. Prefieres tenerlo como un pasatiempo.
Cuarto, que puede que tengas el talento y el deseo de estudiar en un área determinada, pero la carrera es muy costosa y tus padres no tienen los recursos para costearla.
Quinto, que la carrera puede ser demasiado larga y tú lo que quieres es obtener un medio de sustento a mediano plazo. O quieres tener una familia pronto y dedicarle tiempo también. Entonces, lo que puedes hacer es escoger entre la carrera y la familia. Qué es prioritario para ti.
Disponer de tiempo, dinero y una carrera a la par, no es fácil, a menos que tus padres sean pudientes. Así que cuando eliges tu carrera, tienes que estar consciente de que se trata de una de las más importantes decisiones de tu vida.
A partir de que culmines tus estudios y entres en el mercado laboral, empezarás una nueva etapa clave, que te marcará para siempre. Te abrirás o cerrarás puerta en el competitivo mercado de un mundo globalizado donde cuentan tanto la aptitud como la actitud. En que la demanda es más grande que la oferta. En que tienes que correr el kilómetro extra para destacarte.
Si tus padres deciden por ti tu carrera. Puede ser que para corresponder al esfuerzo y sacrificio hechos para ayudarte a abrirte camino en la vida pagándote los estudios, tú seas responsable, dedicado y respondas como esperan de ti, con un alto rendimiento.
NADA DE IMPOSICIONES
Por otra parte, si te imponen la carrera, haz algo. Estudia, cumple y titúlate. Los complaciste. Luego, estudia lo que realmente quieres. Así hizo un colega periodista que realmente tenía vocación para la docencia. Hoy día es maestro en un colegio de Arraiján. Después de trabajar por varios años como periodista.
Hay otro aspecto sobre el que quiero hablarte, la gente tiene la tendencia a desestimar los oficios y carreras técnicas. Toda carrera es buena si se trabaja con empeño. Si es una forma decente de ganarse el sustento. Si se le dedica tiempo. Si los patronos brindan las facilidades del caso para que los trabajadores se sientan cómodos, colaboren y sea un equipo que camine en la misma dirección. Es decir, que no importa si eres un mecánico, un electricista, un plomero, un carpintero, siéntete orgulloso. No permitas que te subestimen. Todo oficio y carrera es importante. Todos cuentan.
Hay que tener en cuenta es qué tan saturadas están las carreras en el momento en que la eliges y calcula cuánta gente más puede matricularse desde entonces hasta cuando se supone que tú la culminarás.