Un ejercicio de seis meses de ahorro energético como el que vamos a exponer, daría un resuello a la cansada población que sufre en un camino de atolladeros cargando a un pesado y salado gobierno efectista, pero poco efectivo La primera tarea sería, que el casi millón de funcionarios, asistiera a sus puestos únicamente en la última semana de cada quincena, para realizar la planilla y cobrar. La excepción sería en educación que trabajarían doble turno, ya que la generalizada ociosidad infantil y juvenil está entregando nuestro mejor recurso a los brazos de la delincuencia, especialmente a "narcos", bandas, asaltos, prostitución y porno.
El segundo examen contra la trepada del petróleo sería eliminar la Asamblea, al fin y al cabo la escolástica de muchos, los mantiene botando torrentes de gasolina y diesel en rumbos totalmente equivocados a lo que define el diccionario jurídico como diputado, pues muchos juran que son concejales, pastores de iglesias otros, transportistas varios, deportistas algunos y la mayoría se ha comido el cuento que realmente son padres de la patria.
El tercer freno contra el alza de los carburantes, se daría si, el 98% de los supuestos 1, 500 asesores de ministerios, instituciones y dependencias del ejecutivo y el judicial, comanden a pie y a caballo la limpieza del país, comenzando desde el asqueroso puente de Guabito en Bocas del Toro, hasta los patios de la CSS de la eterna zona del canal.
El precio del barril del crudo, tiene años planeando en las alturas junto a miles de pájaros migratorios, que por aquí pasan anualmente, mientras nuestros "estadistas" solo atinan a nombrar pegajosas comisiones "matatiempo". Con el encarecimiento constante del oro negro solo valdrá, la plata que tenga el gobierno en el fondo de estabilización. Pero a estas alturas un pueblo despilfarrador como Panamá que se educa diariamente con los ejemplos que dan los gobernantes coimeros y corruptos, decirle que no prenda foquitos y que ahorre, será en vano. Tengo la sensación que el petróleo será el profesor, que nos recordará, porque no bailan los monos cuando se acaba la plata.
