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Señor
Juan Pritsiolas
Crítica
E.S.D.
Señor periodista:
Tengo a bien dirigirme a usted para referirme al interesante reportaje del señor Agustín Jurado, publicado el 7 de noviembre del año en curso, que fue intitulado "Asesinan embajador venezolano", acontecimiento luctuoso ocurrido en el Hotel Central de esta capital de 1936.
Me parece que el periodista registra con mucho profesionalismo un hecho de sangre que conmovió a la opinión pública de la época y que es poco conocido por las actuales generaciones.
En el 2005 publiqué un libro que tiene como título: "Fabián Velarde: Pensamiento y Acción (Centro de Investigación Jurídica, Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, Universidad de Panamá) y en uno de los capítulos me refiero a la muerte del doctor Ildemaro Urdaneta, representante diplomático de Venezuela en Panamá y al juicio que se le siguió al estudiante Hugo Neri, opositor de la dictadura del general Juan Vicente Gómez (quien falleció en diciembre de 1935), del cual resultó absuelto gracias a la defensa adelantada por el licenciado Fabián Velarde, en ese entonces director del diario El Panamá América, abogado consultor de las Secretarías de Estado y reputado como uno de los mejores abogados penalistas del país.
Los sucesos que aparecen en mi libro, expuestos en la audiencia que por homicidio fue sometido Neri, difieren un poco de la versión del señor Jurado; por esta razón, le remito copia de ese capítulo en el caso de que usted estime pertinente publicarlo. En efecto, en dicha audiencia ni el licenciado Leonel Urriola, Fiscal del Juzgado Superior de la República, ni el doctor Felipe Juan Escobar, acusador particular, lograron probar que los disparos fueron realizados por Neri y prevaleció la tesis del abogado defensor en el sentido de que el doctor Urdaneta trató de arrebatarle el revólver que llevaba al cinto y en el forcejeo el arma se disparó e hirió a los dos con las consecuencias lamentablemente fatales para el Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Venezuela acreditado en Panamá.
De usted, atentamente,
Oscar Vargas Velarde
Céd. No. 7-81-272
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