EDITORIAL
Bananeras
Viene el lobo. Muchas veces se escuchaba esa frase, cuando se hablaba del posible retiro de la Puerto Armuelles Fruit Company (PAFCO) del distrito de Barú, pero nadie hacía caso. Para muchos la salida de la transnacional bananera, era algo casi imposible. Ahora ya se plantea el próximo mes como fecha tope para esa decisión.
La decisión no podría venir en peor momento. Sería el peor regalo de Navidad para los habitantes de Puerto Armuelles, que por años lograron el sustento a través del llamado oro verde.
El gobierno inició negociaciones con la compañía norteamericana para evitar su salida de Puerto Armuelles, pero hasta ahora no hay acuerdos y el tiempo avanza contra los porteños.
En los últimos cinco años, la producción bananera en el distrito del Barú se ha visto afectada notablemente por huelgas y la falta de acuerdo entre la empresa y el sindicato, para lograr mejores métodos de empaque y manejo de la fruta.
El banano de esta región de la provincia chiricana no es competitivo, lo que motivó la disminución paulatina de la producción y el cierre de los puertos de embarque.
En los primeros meses del año, la exportación de banano disminuyó en casi 12 millones de balboas, es decir 12 por ciento, con respecto a similar período del 2001.
Así las cosas, el cierre que nunca llegaría, está a la vuelta de la esquina. Lo más grave de todo es que la clausura de las plantaciones en el distrito de Barú, provocaría mayor desempleo en la zona.
Para colmo de males, la alternativa de establecer una zona franca en Barú avanza a paso de tortuga.
El gobierno debe atender con mucho cuidado la situación en esta región bananera, porque se puede convertir en un polvorín.
Puerto Armuelles ha sido una región combativa; de esas tierras surgieron sindicalistas que ofrendaron su vida y se enfrentaron a los militares.
Desde hace algunos meses se han organizados protestas para reclamar la atenciòn de un gobierno, que sòlo atiende cuando se hacen manifestaciones. Ahora el asunto es màs serio y los funcionarios deben estar alertas. ¡Pelen el ojo y no se duerman!.
PUNTO CRITICO |
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