Hay muchas quejas por el hecho de que en los conciertos que hay en el país, donde la estrella principal es un extranjero, nadie le pone atención a los locales cuando hacen sus interpretaciones.
Se da el caso que los cantantes panameños abren el espectáculo, y el público está distraído, o ni siquiera está en la sala del concierto, abofeteando con esta actitud indiferente y poco respetuosa al talento nacional.
No obstante, cuando el extranjero empieza a cantar, todos corren a sentarse y se portan de lo más bien en su sitio.
Esta sigue siendo la mala señal de que nadie es profeta en su tierra. También es cierto que no todos los artistas nacionales logran un nivel de excelencia por el que valga la pena ponerles atención.
Coincidimos en que muchos de los artistas nacionales quieren que les pongan atención, y les aplaudan y les paguen, pero no hacen nada excepcional, no se esfuerzan por lograr una obra que trascienda y compita con los mejores de afuera.
Sin embargo, y en términos generales, la actitud del pueblo panameño es la de dejar pasar, la de ignorar el buen esfuerzo y el talento de muchos locales que sí lo están haciendo bien, y que requieren de nuestro respeto y admiración.
No seamos groseros ni indiferentes ante la buena nota de muchos artistas nuestros, que son tan excelentes como lo más graneado del extranjero. |