El septrim (cotrimoxazol) es un agente antimicrobiano con muchos años en el mercado pero a la vista de los resultados de un reciente estudio, publicado en 'The Lancet', podría estar cerca el momento en el que este clásico antibiótico se convierta en una baza fundamental para reducir la mortalidad de los niños africanos infectados por el VIH.
Aunque en sus inicios el septrim era un antibiótico altamente eficaz, con el tiempo muchas bacterias se han hecho resistentes, particularmente en algunos países africanos donde la mayoría de infecciones no responden a este tratamiento.