Los síntomas son igualmente variados. Entre los más comunes están las irritaciones de la piel como salpullidos o brotes, náuseas, problemas gastrointestinales, vómitos, diarreas, asfixia, asma, inflamación en la garganta, ojos irritados, cambios en la presión arterial, mareos, inflamaciones en alguna parte del cuerpo, picazón, o incluso pérdida del conocimiento.