Es posible que el estudiantado y docentes de la escuela Fe y Alegría digan adiós a la instalación escolar, donde recibieron sus primeras enseñanzas.
Y es que antes del 21 de enero del próximo año, deberán conocer si continuarán dando clases en este centro primario, que cuenta con una matrícula de 700 estudiantes en los turnos diurno y vespertino.
La ejecución del proyecto urbanístico Curundú es el motivo principal que determinará si las instalaciones escolares funcionarán como tal para el próximo año.
Oficialmente hoy clausuran el año escolar, previa planificación y en acuerdo con la comunidad educativa; sin embargo, las afectaciones a la salud de por lo menos 5 estudiantes y varios docentes aceleró su cierre temporal.
La profesora María Panay, directora del plantel primario, confirmó las afectaciones alérgicas, infecciones pulmonares y disfonía que padecen los niños escolares, que generó también su cierre temporal.
El polvo que se levanta producto de los trabajos de relleno que realiza la empresa Odebrecht afecta a los niños y maestros, además del ruido de las maquinarias.
La intervención del Ministerio de Salud y la Universidad Tecnológica de Panamá fue de inmediato, ya que realizaron las pruebas de decibeles y ambiental para conocer el nivel de contaminación en el área escolar y los resultados finales estarán en un mes.
El Dr. Carlos Schwarcp, director médico del Centro de Salud de Curundú, recomendó a la dirección de la escuela colocar cortinas en las ventanas de las aulas para minimizar los efectos del polvo y a la propia empresa sugirió la instalación de mampara para el mismo efecto.
Schwarcp indicó que como rector de la salud envió nota a Odebrecht dando a conocer oficialmente las afectaciones detectadas en la escuela a fin de que tomaran medidas.