El presidente de EE.UU., George W. Bush, y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, finalizaron ayer tres años de estrecha colaboración, aunque confiaron en que dejan a sus sucesores un legado que lleve a un acuerdo de paz en Oriente Medio.
El encuentro de ambos mandatarios que se produjo en la Casa Blanca y fue el último antes de que ambos entreguen, con pocos meses de diferencia, las riendas de sus gobiernos, así como los esfuerzos por lograr un acuerdo de paz palestino-israelí a otros líderes.
Esta reunión "es una oportunidad para evaluar en qué punto están las cosas y a dónde vemos que se dirigen en el futuro", explicó el portavoz adjunto de la Casa Blanca, Tony Fratto.
La reunión se produce en un momento en el que ambos líderes no han logrado forjar, bajo su mandato y tras siete años de paréntesis, un acuerdo de paz entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
El presidente de EE.UU. lanzó a finales de noviembre de 2007 la iniciativa de Annapolis para reavivar el proceso de paz, con el objetivo de lograr antes de abandonar el cargo un acuerdo palestino-israelí, un objetivo que, según han admitido todas las partes implicadas en las negociaciones, no se podrá cumplir.