Una aparente calma reinaba ayer en la comunidad de Cirí de Los Sotos, distrito de Capira, cuya población unida más que nunca por el dolor de haber perdido lo poco que tenían, daban gracias a Dios porque a pesar de todo seguían con vida. Las familias afectadas durmieron en la Escuela "Cirí de Los Sotos" y en el Centro de Salud del lugar, pero a primeras horas de ayer, sus moradores en un gesto de solidaridad se sumaron a la jornada de limpieza de sus casas que producto de las inundaciones quedaron inmersas en un gran lodazal.
La corregidora de Cirí de Los Sotos, Rosilda de Pineda, informó que desde tempranas horas de la mañana empezó a llegar la ayuda por parte del gobierno al sector de La Arenosa, consistente en colchones y estufas con sus tanques de gas, que los hombres del pueblo transportaban en botes.
Sin embargo, hasta el día de ayer, la necesidad más apremiante seguía siendo la falta de agua, debido a que como la corriente se llevó en su totalidad el tanque de almacenamiento, no cuentan con el vital líquido. Esta vez el agua lluvia que acabó con lo poco que tenían, sirvió para apagar la sed de la gente de Cirí de Los Sotos, que están comiendo y bebiendo gracias al agua que les cae del cielo. Según informe de la corregidora que ha caminado el área, las familias del señor José Herrera y la de Reynaldo Soto, se quedaron sin casas. La creciente del río las arrastró a su paso, dejando únicamente la base.
Otro de los problemas que confronta la comunidad de Cirí de Los Sotos, es que el muelle de donde salían en los botes hacia La Chorrera y Colón, desapareció por completo, al igual que los motores que utilizaban como medio para transportarse de un lugar a otro, ya que un cerro se deslizó y aplastó la caseta donde los tenían guardados. El sector de Los Chorritos, en donde seis casas tuvieron pérdida total, hasta horas de la tarde de ayer, no había sido visitado por ninguna autoridad del gobierno. Estas familias durmieron a la intemperie a orillas de los caminos. "Ahora mismo lo que están más afectados son los niños, porque tan siquiera los grandes aguantamos más hambre.
Ayer me dio lástima verlos temblando de frío en los potreros en donde durmieron junto con sus padres", dijo Abilio Martínez, empleado de la corregiduría de Cirí de Los Sotos.
Aunque ayer llovió muy poco, la comunidad no ha superado el temor de que las fuertes lluvias vuelvan a Cirí de Los Sotos, sobre todo por las nubes negras que cubren ésta humilde comunidad, como presagiando que el peligro sigue latente.
Los caminos siguen intransitables por el lodazal que hay por todas partes y también por el gran número de árboles que se han caído, pero hasta el día de ayer el Ministerio de Obras Públicas no se hizo presente para ayudar en la habilitación de los caminos.
En distrito de La Chorrera, fuentes del Sistema Nacional de Protección Civil, dijeron que unas siete viviendas, localizadas en Barriada El Campesino y Revolución Final, fueron afectadas parcialmente, ya que lo que allí se dio fue que el agua penetró a las viviendas, a causa de la crecida del río Caimito. |