Robaba y violaba. Esa era la forma como supuestamente operaba un taxista en el área de la vía Ricardo J. Alfaro.
El sujeto corresponde al nombre de Hiroko Ramón Lay Castillo, de 38 años, a quien las autoridades acusan de atacar a cinco damas mayores de edad y a una menor de 17 años.
El sujeto cayó en manos de la Ley luego de que unidades de la División de Delitos Sexuales de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ) pusieran en marcha una operación para dar con su paradero tras los casos reportados.
La captura del sujeto se realizó mediante una diligencia de allanamiento que efectuó el viernes la DIJ en una residencia ubicada en el corregimiento de Juan Díaz, luego de que fuera identificado.
Según la Policía Nacional, ese sujeto conducía un auto de color amarillo que hacía pasar por taxi, y se paseaba por las universidades en busca de sus víctimas.
Una vez que lograba una carrera con una de ellas, las trasladaba a lugares solitarios intimidándolas con un arma de fuego o con un cuchillo para despojarlas de sus pertenencias, tales como teléfonos celulares, joyas y dinero en efectivo. Luego las ultrajaba sexualmente.
Según los informes policiales, otro de los elementos recabados en la investigación revelan que el violador grababa esas acciones delictivas para seguir intimidando a las afectadas con difundir los vídeos y fotos por las redes sociales.
AUMENTAN LOS CASOS
El fiscal primero de circuito, Marcelino Aguilar, informó que en lo que va del año su despacho ha atendido más de diez casos de violaciones sexuales.
Añadió que por esos casos no hay muchas personas detenidas, porque las víctimas no han podido identificar a los sujetos.
La falla está en que las víctimas, todas damas, no han cooperado con las investigaciones, pues prefieren no volver a recordar lo sucedido.
Aguilar explicó que solamente hay una persona detenida, que fue reconocida por una de las víctimas. Sin embargo, el resto está libre, porque no han podido ser identificados.
MODO DE OPERACION
Según el fiscal, en uno de los casos los sujetos iban escondidos en el maletero del auto mientras que el conductor recogía a sus víctimas, las que llevaba a parajes escondidos.
Una vez allí, los otros agresores salían del maletero y procedían a atacar a la víctima.
En otro de los casos reportados, los sujetos se hacían pasar como pasajeros; esperaban que alguna dama pidiera el servicio y después la llevaban a un sitio desolado y cometían su objetivo.
Los casos en investigación, en su mayoría, se dieron en el área de Panamá Este. Igualmente en aquellos casos donde hay piqueras de ruta interna.
El funcionario pidió a las personas que una vez que se suban a un taxi anoten el número de placa para poder verificar mejor a quién pertenece el auto y ubicar con mayor facilidad a los agresores.