La violencia está a otro nivel. Una de las constantes en los hospitales consiste en la llegada de víctimas con heridas casi mortales, pero los afectados se niegan a denunciar a sus agresores.
No importa si se trata de heridos de los populosos barrios como El Chorillo, Santa Ana, Curundú, Barraza, El Marañón, Las Pavitas de Cerro Batea, Torrijos -Carter y San Joaquín, por mencionar algunos. Lo cierto es que los casi moribundos protegen a sus verdugos.
Tal es el caso de Edgar Aguirre, de 26 años, quien la madrugada de ayer, domingo, fue llevado en una ambulancia al Cuarto de Urgencias del Hospital Santo Tomás.
Aguirre presentaba una herida con arma blanca en el brazo izquierdo, lesión que fue ocasionada supuestamente por un sujeto desconocido no detenido.
Para los investigadores, el hecho de no dar un nombre o sin una denuncia de tipo formal, las autoridades no pueden hacer prácticamente nada.
Por el caso de Aguirre, la DIIP de Santa Marta montó un operativo en busca del posible agresor, pero hasta la hora de cierre de esta edición no habían dado con el paradero del delincuente sanguinario.