Una persona debe demostrar siempre educación y saber comportarse. Es lamentable la forma como se le sale el cobre a algunos hombres y hasta a las damas, cuando hay alguna actividad.
Si hay una fiesta o reunión social, ese tipo de personas hacen toda clase de trastadas, como para que nunca más se les invite. Se adueñan del bar y ya cuando están borrachos gritan, quieren pelear con todo el mundo y le falta el respeto a todo el mundo.
Para colmo, si la prestan el sanitario se orina fuera del inodoro y para rematar vomita todo lo que se hartó y sale campante, dejando atrás toda su hediondez.
Si en la fiesta hay boquitas se atraganta todo lo que pueda y se llena los bolsillo de pastelitos, abre-bocas y cuanta cosa existe en la bandeja, porque hace de su ropa un plato.
En caso que el dueño se descuide, también se mete una botella de licor en medio del ombligo y sus timbales, como si estuviera haciendo la gran gracia y como queriendo demostrar que el más vivo entre los vivos.
La penoso de todo esto es que muchas veces son personas con educación universitaria. Lo malo para ellos, es que la decencia y el saber comportarse se enseña primero en casa. Es posible que desde niños, estos hombres de hoy eran los que se fregaban en cualquier fiestecita del barrio y para sus padres le aplaudían esa demostración de mala educación.
Ya ahora mamullones siguen haciendo gala de esa pésima forma de conducirse por la vida. El provenir de sectores humildes no es excusa para tener un comportamiento deprimente. Hay gente pobre, sin mayor educación escolar, pero dan cátedras de buen comportamiento a cualquiera.
Si tu eres de los que no saben comportarse, ya es hora de cambiar, d de lo contrario todos tus amigos empezarán a evitarte, porque a nadie decente le gusta que lo cataloguen mal, por andar con alguien que hace trastadas en cualquier evento social.