Uno de los principales lugartenientes del desaparecido capo Pablo Escobar acusó al hijo del jefe del extinto cartel de Medellín de haber participado en 1992 en el asesinato de un capitán de la policía en Medellín, según publica ayer el diario El Tiempo.
Jhon Jairo Velásquez, alias "Popeye", aseguró que Juan Pablo Escobar, el hijo del capo del narcotráfico, participó en los hechos que llevaron a la muerte de un oficial de la policía, acompañó a los sicarios de su padre a realizar torturas a enemigos y recibió dineros robados a otros narcos.
"Él (Juan Pablo) sabe muy bien que estuvo con "El Patrón" (Escobar) en la operación para matar al capitán Fernando Hoyos Posada, en 1992, cuando en Medellín dinamitaron la casa del oficial y luego lo remataron a bala. Esa noche, Juan Pablo cargó un fusil AUG austríaco y estuvo junto a 30 sicarios", dijo "Popeye".
El lugarteniente de Escobar agregó que en el expediente judicial que existe por ese crimen se menciona claramente la participación de Juan Pablo Escobar, quien hoy vive en Argentina y se hace llamar Sebastián Marroquín.
"Popeye" agregó que él pagó 30.000 dólares al testigo que delató al testigo que acusó al hijo del capo, para que hiciera una retractación de sus declaraciones.
"Pregunten en la Fiscalía, el joven estuvo procesado y sindicado de asociación para delinquir, pero luego fue desvinculado por la retractación", agregó el pistolero de Escobar.
Asimismo, indicó que el hijo del capo recibió varios millones de dólares que su padre arrebató a otros narcotraficantes y lo acusó de torturar a dos hombres del cartel de Cali en 1989.
Marroquín señaló a ese mismo matutino que todo lo dicho por "Popeye" es falso y son "afirmaciones amañadas a sus intereses personales".
Aunque admitió que fue investigado por el asesinato del capitán de la policía, señaló que fue declarado inocente por la justicia.
