A menos de un mes para que la empresa alemana Tönnjes C.A.R.D. suministre la materia prima a la Escuela Vocacional Chapala para la confección de las placas, se está a la expectativa de si verdaderamente se cumplirá con la promesa de tenerlas listas para el próximo año.
Unas 390 mil placas ha solicitado el Municipio de Panamá, de un aproximado de 560 mil que son fabricadas en el país por año.
De acuerdo con Kenji Schneider, gerente de Tönnjes C.A.R.D, la compañía distribuye placas en Panamá desde el 2006 con una capacidad de fabricación de 30 placas, lo que resulta el doble de las que se han requerido.
Celso Córdoba, director de Registro Único Vehicular de la ATTT, aseguró que no pretenden quitarle el trabajo a Chapala, porque ellos se han encargado de su confección durante 42 años y la función de Tönnjes es solamente entregar las placas semiterminadas y a Chapala le corresponde el troquelado de las mismas, es decir, insertarle los números y pintarlas.
La elaboración de las placas empieza con una máquina que endereza el aluminio, posteriormente, pasa por un proceso térmico para adherir las láminas reflectivas de color, luego va a un sensor óptico que al detectar fallas se detiene inmediatamente. Finalmente se empaca y se envía a su lugar de destino, entre esos Haití, Guatemala, Perú, Belice, entre otros países.
El monto de la contratación de esta empresa es por 1,387,947.72 de balboas.
A las nuevas placas se les ha implementado un sistema de seguridad que consiste en una marca de agua que solamente puede ser apreciada en un determinado ángulo por los policías, quienes conocen la ubicación exacta.
Adicionalmente, tienen una franja celeste que viene incorporada en el material, cualquier falsificador imprimiría encima, pero esta viene dentro de la cinta reflexiva.
El próximo año, las placas tendrán el fondo blanco con el logo de la ATTT y el Istmo de Panamá. Los números y letras serán de color negro para los autos particulares y para los vehículos oficiales, verdes.