Las dos especies de la familia equina que han sido domesticada por el hombre son el Equus caballus (caballo), y el Equus asinus (asno o burro).
La historia del asno doméstico es tan precisa como imprecisa la del caballo.
Los asnos fueron domesticados primordialmente en Egipto, donde sirvieron al hombre desde los primeros tiempos.
Estos descienden del Asno salvaje de Nubia, en Africa del Norte, una especie que ahora está casi extinguida.
No obstante, por ser frecuente la presencia de rayas en las extremidades, algunos zoólogos piensan que el asno doméstico también está emparentado con el Asno Somalí de Africa.
La Biblia se refiere por primera vez al asno cuando relata como Abrahán, el patriarca del Antiguo Testamento fue montado en uno de estos animales desde Beersheba al Monte Mordah.
Para todos los niños es familiar el hecho de que Jesús entró en Jerusalén en un Asno.