ECONOMICAS


Seguridad o privacidad dilema para los conductores

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Nueva York
EFE

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El servicio OnStar, perteneciente a General Motors, cuenta en la actualidad un millón y medio de suscriptores, a quienes garantiza servicio por unos 400 dólares mínimo al año.

El automóvil se ha convertido en el nuevo "objeto del deseo" de la tecnología, y aunque las tarjetas inteligentes o las pantallas con mapas señalan la dirección a tomar también implican una pérdida de privacidad en aras de la comodidad.

Millones de conductores se han suscrito en los últimos años a la modalidad de las tarjetas electrónicas en el vehículo que permiten pasar por las zonas de peaje, sin tener que esperar en una larga cola para pagar o tener que lidiar con dinero en metálico.Se trata de unos pequeños transmisores que evitan a los automovilistas tener que detenerse, ya que mediante una lectura electrónica de la matrícula reciben la factura a final de mes. En contrapartida, estas tarjetas electrónicas registran la localización exacta del vehículo y en un futuro próximo este registro podría ir mas allá del peaje.

Una nueva tecnología, llamada sistema E-Zpass, que tiene ya seis millones de tarjetas en circulación, se está probando en dos restaurantes de comida rápida McDonalds de Long Island (Nueva York) para pagar los encargos desde el vehículo. Este sistema también ha sido ispositivos que permiten localizar el vehículo en caso de emergencia.

Con sólo pulsar un botón, los conductores pueden averiguar el estado del motor, las luces, o recibir indicaciones en cada curva a través de un representante que sabe en cada momento donde está localizado el vehículo.

Menos conocida es la "caja negra", también de General Motors, del tamaño de un vídeo casete, que desde 1999 registra 16 parámetros sobre la actividad del vehículo, incluidos la velocidad, los frenos, y la posición del pedal del acelerador cinco segundos antes de una colisión.

A medida que se hace más sofisticada, la tecnología podría permitir también al Estado supervisae puntos remotos a los vehículos que, por ejemplo, violan los niveles permitidos de emisiones de gas. Y sería también muy útil para la policía, las compañías de seguros y los negocios que tratarían de afinar sus estrategias de publicidad dirigiéndolas a los conductores en las cercanías.

Aunque es algo costoso todavía, un hotel al lado de la carretera, aún con habitaciones libres a altas horas de la noche, podría enviar un mensaje electrónico para ofrecer descuentos a los conductores que transitan por el área.

Lo cierto es que la nueva tecnología cuenta con gran cantidad de conductores a favor, dispuestos a prescindir de un poco de privacidad a cambio de la comodidad o el ahorro. Las organizaciones de defensa de la privacidad temen que esta información pudiera caer en manos poco escrupulosas, o ser vendida, como ya ocurrió en un famoso caso en Connecticut este mismo año, en que una compañía de alquiler de coches cobró 450 dólares a un cliente por conducir demasiado rápido durante un viaje de negocios, cosa que averiguaron porque el vehículo llevaba instalado un Sistema de Posicionamiento Global o G.P.S.

Las llamadas regulaciones telemáticas, que cubren la información privada obtenida de sistemas tecnológicos, no son claras y en su mayor parte cubren las telecomunicaciones tradicionales, lo que deja en un "vacío legal" a los fabricantes de vehículos o empresas de peaje, según David Sobel, consejero general del Centro para la Privacidad de la Información Electrónica en Washington.

Tras los ataques terroristas del 11 de septiembre, no se espera que la creación de nueva legislación en este terreno sea un tema prioritario en el Congreso.

Los fabricantes, por el momento, no parecen querer alienar a sus clientes con servicios que implican una excesiva intrusión en la privacidad. Por ello es que ofrecen la posibilidad de activar el sistema a discreción del cliente, como en el caso de OnStar, que sólo cuando el sistema está activado envía una señal de emergencia para localizar el vehículo al abrirse la bolsa de aire.

Otros sistemas más pasivos de G.P.S.como el Never Lost, que produce mapas computadorizados en coches de alquiler, normalmente no localizan ni registran los movimientos del coche. Los fabricantes de automóviles Ford y Honda han incluido "cajas" de registro de datos en algunos vehículos y para el año 2004 GM espera equipar con ella todos sus modelos.

Se estima que la mayoría de los conductores no saben que llevan estas grabadoras en sus coches, a menos que hayan leído el manual con detalle. La cuestión del acceso a esa información -muy útil en la investigación de un accidente- será probablemente clave en los casos mortales o de siniestro total.

 

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