CONSULTORIO MEDICO Cuando "ir al baño" se convierte en algo frecuente

Dr. Hiller
Estimado Dr. Hiller: Muy a menudo me entran ganas de ir urgentemente al baño, y hay veces en las que no siempre llego a tiempo. Mi médico dice que no se trata de algo serio y que no debo preocuparme. Simplemente tengo una vejiga hiperactiva. Siempre que puedo estoy cerca de un baño y en algunas ocasiones recurro a los pañales de adulto. Este problema supone una dificultad en mis momentos de ocio fuera de casa y para mi vida social. ¿Qué medicina puedo tomar o qué debo hacer para poder remediar esta situación? -P.W., Hermosa Beach, California. Estimado lector: La pérdida involuntaria de orina asociada con un súbito y urgente deseo de orinar se conoce con el nombre de incontinencia urinaria. La incontinencia suele darse en personas que tienen lo que da en llamarse "vejigas hiperactivas" dando como resultado contracciones involuntarias del músculo de vejiga (detrusor). Un tratamiento farmacológico de este problema debe orientarse hacia la disminución de esas contracciones no deseadas. La sensación de urgencia aumentada por las contracciones inadecuadas del detrusor se apodera de los enfermos con vejigas hiperactivas sin previo aviso, ya sea durante el día o durante la noche. Esto hace que la frecuencia urinaria incremente y, si no puede reprimirse, produce incontinencia. Grandes cantidades de orina pueden ser excretadas durante cada episodio de incontinencia, llenando, en ocasiones, toda la vejiga. Para evitar "males mayores", los enfermos a veces acostumbran a reducir la cantidad de orina en la vejiga orinando voluntariamente en frecuentes ocasiones. Unas sustancias llamadas antagonistas receptoras de muscarina, las cuales suprimen las contracciones del detrusor, son la base del tratamiento más conocido para las vejigas hiperactivas. El fármaco derivado de esos genéricos más utilizados es el oxybutynin, y ha sido recetado a más de 6 millones y medio de estadounidenses desde su lanzamiento en los Estados Unidos en 1975. Aunque tomar oxybutynin dos o tres veces al día puede disminuir los síntomas de una vejiga hiperactiva, los efectos secundarios, principalmente sequedad en la boca, a veces pueden ser lo suficientemente graves como para que las personas que padecen de incontinencia dejen de tomarlo. El DitropanXL, una variante más suave del oxybutynin, apareció en el mercado en los Estados Unidos a principios de 1999. El Ditropan XL tiene la ventaja de que se administra en una sola dosis diaria, y algunas investigaciones sugieren que produce niveles más bajos de sequedad en la boca que el más fuerte oxybutynin. Una investigación en 105 enfermos de incontinencia urinaria dirigida por el Dr. J. Brown de la Universidad de California en San Francisco y financiada por los laboratorios ALZA Corporation, descubrió que el funcionamiento del Ditropan XL es tan inmediato como el del oxybutynin aunque sus niveles son bajos en cuanto a producir sequedad en la boca (sólo el 24.5% de los enfermos que tomaron Ditropan experimentaron esa sensación frente al 46.2% de los que tomaron el fármaco de efecto inmediato). El estudio de Brown reveló que el Ditropan XL reduce la cifra media de episodios de incontinencia de 27 a 4. Un 40% de los enfermos consiguieron controlar totalmente su vejiga al ser tratados con Ditropan XL. Las conclusiones de la investigación del doctor Brown fueron presentadas en junio de 1998 en la Organización Mundial de la Salud durante el Primer Foro Internacional sobre la Incontinencia. El doctor Marvin Goldenberg, analizó las ventajas de éste y de varios estudios similares en un artículo publicado en el número de mayo de 1999 de la revista especializada Clinical Therapeutics. Otra sustancia antagonista receptora de muscarina, llamada tolterodina, apareció en los Estados Unidos en 1998. Es de gran ayuda para aquellas personas que no toleran el oxybutynin estándar. En una investigación británica dirigida por el Dr. Paul Abrams, 293 personas con vejigas hiperactivas tomaron tolterodina, oxybutynin o un placebo. Tras 12 semanas, la frecuencia al orinar decayó en un 20% en aquellos que habían tomado otro fármaco, comparado con el 11% de los que habían tomado el placebo. Del 75% de participantes en la investigación con incontinencia urinaria, la media de episodios de incontinencia se redujo en un 47% en el grupo que tomó tolterodina, un 71% en el grupo que tomó oxybutynin y un 19% en aquellos que tomaron el placebo. La sequedad en la boca se dio en un 50% de los miembros del grupo de la tolterodina, comparada con el 86% de los que tomaron oxybutynin, y la enfermedad también tendió a mejorar en el grupo de la tolterodina. Las conclusiones de esta investigación fueron publicadas en la revista especializada: British Journal of Urology en junio de 1998. Los resultados de varias investigaciones llevadas a cabo en 2,220 enfermos dirigidas tanto por el doctor Abrams como por el doctor Harold Drutz de la Universidad de Toronto confirmaron las ventajas de la tolterodina. La tolterodina fue muy bien tolerada y se mostró muy eficaz a la hora de eliminar los episodios de incontinencia en casi la mitad de los casos estudiados. Las conclusiones fueron presentadas en el 29o. encuentro anual de la Sociedad Internacional de la Incontinencia y en la 24ª reunión anual de la Asociación Internacional de Uroginecología. Otro tipo de tratamientos para la incontinencia urinaria están aún en fase de investigación. Uno de ellos se basa en la introducción de sustancias químicas dentro de la vejiga para reducir la sensibilidad de las fibras nerviosas -las llamadas fibras C. Las fibras nerviosas en la vejiga avisan al cerebro de la necesidad de orinar. Alguna de estas fibras actúa aumentando la presión dentro de la vejiga cuando ésta se llena. El cometido de las fibras C es activar los estímulos nocivos. Las fibras C de la vejiga la protegen provocando que se orine para limpiarla de sustancias irritantes e infecciosas, de igual forma que las fibras C de las yemas de los dedos protegen la mano transmitiendo señales dolorosas al cerebro para apartar la mano de la fuente que ha originado la lesión, por ejemplo de una superficie ardiente. En las vejigas hiperactivas, las fibras C son fácilmente estimulables. El uso de capsaicina, una sustancia química, derivada de la pimienta o resiniferatoxina, otro derivado de la misma planta, puede disminuir este exceso de reacción durante algunos meses o más aún. Sin embargo, la capsaicina administrada dentro de la vejiga causa ardores y puede empeorar los síntomas durante varias semanas antes de que se aprecie alguna mejora. Los investigadores están también probando la resiniferatoxina, la cual funciona de la misma manera aunque reduce o elimina los ardores y no agrava los síntomas relacionados con la capsaicina. Cambiar los hábitos y una terapia física pélvica, una vez que se ha descartado la posibilidad de padecer el otro tipo más común de incontinencia, la incontinencia provocada por el estrés, quizá sirvan de ayuda. Alternar estas medidas con el uso de sustancias antagonistas receptoras de muscarina quizá sea el mejor modo de plantear un tratamiento para personas que tengan vejiga hiperactiva. En algunos casos graves en los que no den resultado estos tratamientos, a veces se utilizan otros medios más drásticos, entre otros la cirugía para aumentar la capacidad de la vejiga. La incontinencia urinaria está considerada más como un síntoma que como una enfermedad en sí. Los médicos deben analizar cuidadosamente cada caso a fin de determinar el tipo de incontinencia e identificar claramente si hay alguna causa subyacente que la provoque. Hay pruebas y análisis que objetivamente pueden diagnosticar correctamente la incontinencia en algunas personas, pero lo normal es empezar el tratamiento sin tales pruebas e ir comprobando a lo largo del tratamiento si cabe excluir otras enfermedades en esa zona, tales como infecciones del sistema urinario o tumores, como los causantes de la incontinencia.
|
|
La incontinencia urinaria está considerada más como un síntoma que como una enfermedad en sí. Los médicos deben analizar cuidadosamente cada caso a fin de determinar el tipo de incontinencia e identificar claramente si hay alguna causa subyacente que la provoque. Hay pruebas y análisis que objetivamente pueden diagnosticar correctamente la incontinencia en algunas personas, pero lo normal es empezar el tratamiento sin tales pruebas e ir comprobando a lo largo del tratamiento si cabe excluir otras enfermedades en esa zona, tales como infecciones del sistema urinario o tumores, como los causantes de la incontinencia.
 |