Francia, Suiza, Alemania, China y Países Bajos conocen de su arte. Ahora Panamá es el escenario donde la artista francesa, Renée-Mireille Héaulmé, presenta en sus cuadros al "Homo sapiens" como protagonista central, como interlocutor de sus congéneres, en una demostración de que esa condición gregaria la tenemos atada a nosotros de por vida como un lazo umbilical, como la interdependencia que es otra realidad de la que no podemos sacudirnos porque hacerlo conduciría a nuestra propia aniquilación.
Dicho en palabras de los organizadores de la muestra, "La artista nos expresa en su pintura, impulsos interiores llenos de vitalidad en que le pide al espectador que se abandone al juego de las estructuras y de los colores, donde se divisan grupos de sombras esculturales plantadas en superficies coloreadas, donde la presencia humana se ve impresionantemente activa. Seres que se desplazan, se relacionan entre sí, que simplemente viven, en medio de aberturas de luz deslumbrantes, que dejan resplandecer ritmo, fuerza, profundidad y sutileza."
El suyo es un arte donde el ser humano interactúa, no está anquilosado, se comunica, transmite y envía mensajes. No es, para nada, "lobo solitario", porque, después de todo, como bien lo escribió la reconocida, muy querida y recordada poetisa panameña, Elsie Alvarado de Ricord, somos "pasajeros en tránsito"; no somos estacionarios, ni autosuficientes, el egoísmo no cabe, ni la intolerancia, tampoco la discriminación, nos debemos los unos a los otros y entenderlo salvará la especie.
La muestra de la pintora francesa estará abierta al público en Arlene Lachman Galería hasta el 21 de noviembre.