Más de 42 policías y 22 manifestantes resultaron heridos ayer en protestas independentistas en la capital taiwanesa contra la visita a Taiwán del negociador chino, Chen Yunlin.
La presidenta del independentista Partido Demócrata Progresista (PDP), Tsai Ing-wen, defendió las movilizaciones populares impulsadas por su partido que han desencadenado fuertes enfrentamientos con la Policía.
El PDP se opone a la visita de Chen Yunlin y a los acuerdos sobre liberalización de transporte y servicios postales por temor a que se fomente la unión política con China.
Tsai insistió en que la llegada de Chen, presidente de la Asociación de Relaciones a través del Estrecho (ARATS), no es sólo para negociar asuntos pragmáticos sino que ha sido precedida por concesiones políticas a China sobre la soberanía de la isla.
Por su parte, el presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, reiteró que durante la estadía de Chen sólo se negociaron cuestiones económicas y pragmáticos sin tocar el problema de la soberanía isleña, sobre el que Taipei y Beijing tienen posturas irreconciliables.
Chen Yunlin llegó el lunes a Taiwán para una visita de cinco días para continuar las negociaciones iniciadas en Beijing en junio, tras la subida al poder del presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, que busca intensificar los lazos civiles y económicos con China y firmar un acuerdo de paz.
El Gobierno taiwanés considera que la isla es un Estado soberano e independiente, heredero de la República de China fundada en China continental en 1911, y que en la práctica sólo tiene jurisdicción sobre Taiwán y algunas islas cercanas.
Sin embargo, Pekín considera que la República de China se extinguió con la fundación en 1949 de la República Popular China en Pekín y se atribuye la soberanía sobre la isla, a pesar de que nunca ha tenido control administrativo sobre ella.
El presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, para dar salida a este conflicto adoptó la postura de que existe una China que Pekín y Taipei interpretan cada una a su modo, Taiwán como la República de China y Pekín como la China Popular.
Desde su investidura en mayo, Ma impulsó negociaciones pragmáticas con China, evitando el asunto de la soberanía, con la esperanza de lograr un pacto de paz y mayor espacio internacional para la isla, mientras se soluciona el conflicto político.