Las fiestas patrias se están celebrando por todo lo alto. Las delegaciones que participan en los desfiles lo han hecho con mucho patriotismo. Eso habla bien de nuestro sentido de Nación.
La ofrenda a la Patria no se limita solo al esfuerzo físico de desfilar bajo las inclemencias del sol y la lluvia. Involucra algo más profundo, es prepararse intensamente durante meses y sacar dinero de la exigua economía familiar para ataviarse y rendirle honor a la Nación.
En estas fiestas se conjugan el entusiasmo de los que desfilan y el interés y reconocimiento de los que acuden a presenciar los desfiles. Nadie quiere quedarse sin rendirle honores a la Patria. Es una simbiosis de personas que aman a su país.
Los panameños debemos sentirnos orgullosos de que la celebración de las fiestas patrias, lejos de bajar en su intensidad, en un mundo cada vez más globalizado, aumenta cada año.
Y no son solo los panameños que permanecemos en el terruño los que mostramos ese fervor patriótico, hay miles de compatriotas que desfilan en diferentes países del mundo o siguen los desfiles en Panamá a través de la Internet.
Hacer Patria no es una tarea solo del mes de noviembre. Lo hacemos diariamente, trabajando, estudiando, cumpliendo con nuestros deberes cívicos, manejando transparentemente los fondos públicos y fortaleciendo la democracia.
Que el fervor de las fiestas patrias se mantenga todo el año. Que cada uno de nuestros actos esté inspirado en el amor que sentimos por este país. ¡Felicidades Panamá!