Querer a la Patria no se puede inyectar como si fuera medicina. Es un sentimiento que debe surgir de lo más profundo del ser humano. Cada país tiene sus cosas buenas y malas, sin lugar a dudas.
Realmente Patria no es un territorio. Eso es país.
Patria significa herencia, propósito, ideales, sistemas socio-económicos, en fin, un lugar “bajo el sol” donde realizar una vida.
Como país que recibe a muchos extranjeros, sabemos que nacer aquí no es garantía de que se amará a la Patria. Si vemos bien, encontraremos panameños “de nacimiento”, que se aprovechan de la Patria para fines que no son correctos.
Mi padre vino de un pueblecito de Colombia llamado Sampués. Decía que aquellos que habían escogido a Panamá para hacer su vida, tenían mucho éxito.
Tuvieron la oportunidad de comparar su país y el nuestro, y consideraron que aquí se viviría mejor...
Por eso le molestaban los “panameños” que no querían, ni respetaban, a su Patria de nacimiento.
Ahora con las festividades patrias, esto debe ser tenido en cuenta, especialmente por los jóvenes. Algunos de ellos con su conducta negativa, están ofendiendo a la Patria.
Querer a la Patria no es poner banderas en autos y casas. Tampoco aprovechar los días libres para parrandear...
Debemos hacernos un autoanálisis, para comprender si estamos siendo buenos ciudadanos o no. Cada uno de nosotros hace todos los días un “pedacito” de Patria, cuando cumple sus leyes, trabaja honestamente, busca mejorar sus condiciones de vida, etc.
A lo mejor haya que reprogramar la acción educativa sobre el significado de Patria. Los chiquillos desde pequeños deben saber su compromiso con el lugar donde van a desarrollar su vida.
Cuando los jóvenes marchan, deben hacerlo con la seguridad de que comprenden el significado de la fecha. Nada de marchar para “lucirse” ante las chiquillas, como hacían algunos cuando eran jóvenes...
Y se debe advertir (por si no lo saben), que son los encargados de dirigir al país, los primero que deben dar el ejemplo de tener ese espíritu patriótico.