Panamá vive un clima de inseguridad asfixiante, saturado en homicidios, hurtos, robos, narcotráfico, violaciones carnales y suicidios.
Las condenas están contempladas en nuestros vetustos códigos judiciales y penales.
PENAS MAXIMAS
Pero hay variantes en estos casos, siendo las más recordadas las condenas impuestas a los secuestradores del menor Marco Alberto Rodríguez Justine, nieto del coronel Marco Pedro Justine Fernández.
En este hecho que conmocionó la opinión pública, en el año 1990, Cancio Ciacci Tasón y sus compinches recibieron penas que rebasaron los tradicionales veinte años de cárcel; aquella tarde de finales de febrero de 1992, en los precisos momentos en que se anunciaba sus penas ante una concurrida audiencia que se dio cita en el salón del Segundo Tribunal Superior de Justicia, localizado en aquella época en el Palacio de las Bóvedas, en el Casco Viejo de la ciudad.
Los "descuartizadores de la Tumba Muerto", en otro caso, fueron condenados a 18 y 20 años de prisión. Un taxista recibió una medida cautelar al no comprobársele su participación.
El homicidio tenía ribetes pasionales, el principal responsable admitió que había asesinado a su amada, porque ésta le recalcó que era tuerto.
CASOS CERRADOS
Otros casos quedan en el olvido, como los procesados por la muerte del soldado puertorriqueño Zak Hernández. Uno de los beneficiados fue Pedro Miguel González, actual legislador de la provincia de Veraguas.
EL NARCOTRAFICO NO PAGA
Existen otras variantes, como los crímenes con secuelas de narcotráfico, donde en la mayor parte de los casos se han originado condenas entre 15 y 20 años de cárcel.
Uno de ellos guarda relación con la ejecución a tiros de Juancho Barletta y su esposa Lorena Anguizola.
Los principales sospechosos fueron a un juicio, pero en la opinión pública quedó el sabor de que los verdaderos responsables viajaron a Colombia tras el crimen.
¿Y LOS PARRICIDIOS?
Igual aconteció con los asesinos del comerciante Manolo Vásquez, dueño de la "Gruta Azul", quienes resultaron procesados y condenados a veinte años.
José Beladino Vásquez, hijo del finado -considerado principal autor intelectual del suceso-, fue sentenciado en ausencia, pues se encuentra en España, donde esa nación prohíbe extraditar a sus connacionales.
LOS VIOLADORES SEXUALES
En casos relacionados con hurtos y violaciones carnales, las penas varían de acuerdo a los sindicados.
Aquí las penas van de 20 a 30 meses, o quizás más, dependiendo de la intensidad del delito cometido contra los afectados o entidades.