Hoy hay que cantar "forfeit". Simplemente los aficionados del deporte rey de los panameños, perderán por inasistencia.
Hace un año... un día como hoy, uno de los feligreses a la doctrina beisbolera fue herido de muerte en una tribuna popular... cuando se preparaba para ver un partido de béisbol entre Panamá y Estados Unidos en el Estadio Nacional.
"Ha sido un año difícil, lleno de retos, soledad y recuerdos que no se olvidarán", dijo Iliana, la viuda de Ricardo Vega, aficionado al béisbol, quien la noche del 5 de noviembre del año 2003, sufrió quemaduras de primer grado, productos de los fuegos artificiales que impactaron en su pecho, antes de arrancar el partido de béisbol.
"No soy fuerte, pero tengo que serlo, pues estoy sola con mis tres hijas, quienes comen, visten y van a la escuela; aunque hay veces que no aguanto más y me quiebro", explicó Iliana, una caleña (Colombia), quien vivió en carne propia los 11 días de agonía que estuvo Ricardo hospitalizado en el Complejo Metropolitano de la Caja de Seguro Social.
Su "majestad" el béisbol, fue golpeado en el corazón. Uno de los suyos... de los más fieles caía de un sólido golpe en el tórax, cuando un artificio pirotécnico le daba sin piedad ante la mirada triste de miles de aficionados.
"Ellos, los galenos, nunca me dieron esperanzas", explicó la viuda, hoy día, madre- padre y la mejor amiga de sus tres hijas.
La mañana del 16 de noviembre los médicos decretaron la muerte de Ricardo, a consecuencia de una bacteria que le complicó la situación. La vida de la familia Vega y sus amistades, ha cambiado con la pérdida de Ricardo, sin embargo, para los verdaderos responsables, todo sigue igual.
El último día que las hijas de Ricardo lo vieron, fue el 4 de noviembre del año pasado, las niñas, Michael, Nicole y Emily de 11, 9 y 6 años, respectivamente, recordaban a su padre en la mañana de ayer.
Para estos mismos días, pero del año pasado... la familia había planeado ir de paseo a Diverlandia, pero ocurrió la tragedia.
Hoy día, a un año de aquel lamentable incidente, los miembros de la familia Vega, se encuentran bajo tratamiento psicológico. El béisbol que era un amigo y aliado en el entorno familiar, a pasado a ser un trago amargo que nunca olvidarán.
Hasta el sol de hoy, narró Iliana que desconoce el rostro detrás de la empresa pirotécnica Guararé, cuyo dueño nunca se ha presentado para dar la cara o para preguntar "en qué puedo ayudarlas".
De lo legal sólo puedo decir que los abogados llevan el caso rápido, y que todo marcha bien. El caso de mi esposo, servirá de ejemplo, ya que es la primera vez que ocurre algo semejante en el país.
El béisbol no fue tan seguro como aparenta, la noche del 5 de noviembre en el Estadio Nacional, el turno al bate fue para Ricardo, quien se quedó inmovil con el lanzamiento a mil millas por hora, que hizo el fuego pirotécnico.
Mañana puede ser otro aficionado, en otro deporte o en el béisbol... por lo que los organizadores debieran tomar como ejemplo aquella triste noche para todo el deporte en general y guardar las medidas de seguridad pertinentes. Hoy no habrá juego de béisbol en Panamá... hoy será para meditar y para recordar. La selección de béisbol juega en Colombia, hoy, viernes, y debiera rendirle un minuto de silencio a uno de sus mejores aficionados... antes de iniciar el partido.
Con tristeza y dolor decimos: ¡Viva el béisbol!