VARIEDADES


Portugal Fashion con propuestas arriesgadas

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EFE

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Ana Salazar cerró la pasarela con un tono más fresco, alegre, romántico y sofisticado, de inspiración clásica, donde el sutil juego de texturas y estampados convirtió cada modelo en una sorpresa.

El desfile de clausura de la XI edición de la pasarela Portugal Fashion, presentó las propuestas más arriesgadas y la colección de la diseñadora Ana Salazar fue la más alegre y sofisticada para la temporada Primavera/Verano 2003.

La británica Erina O'Connor, la hispano-argentina Martina Klein y el brasileño Marcelo Boldroni fueron los tres "top models" internacionales que desfilaron junto a los mejores modelos lusos.

El primer desfile lo abrieron Joao Tomé y Francisco Pontes, que presentaron una colección de ropa informal, pero sofisticada, donde dominaron en la colección femenina los colores, beige, naranja y azul marino, con modelos pegados al cuerpo y con pronunciados escotes y en la masculina, los trajes amplios y cómodos.

Anabela Baldaque presentó modelos con líneas generosas, el blanco y los materiales confortables en tejidos estampados, muselinas y sedas, con combinaciones sorprendentes, acentuadas por aplicaciones de cintas, bordados y encajes.

Al son de Nina Hagen comenzó el desfile de Júlio Torcato para hombre, con un perfil marcadamente urbano y sofisticado donde los tonos dominantes fueron el azul, blanco, gris y verde y materiales como el denim (tejido vaquero), el príncipe de gales, oxford y mallas.

El beige fue la estrella en las propuestas de Katty Xiomara, a la par de verdes y azules, con el rosa en detalles, drapeados estilo griego, con estampados, encajes finos, algodón y lino en una colección de volúmenes variados, fresca y delicada.

Pedro Mourao evocó trajes coloniales de la primera mitad del siglo XX, de inspiración clásica en las formas, donde los tejidos dominantes fueron el algodón y el lino, el color caqui ocupó gran parte de los modelos, con especial destaque para los tonos tierra.

La más radical fue Rita Bonaparte, con una colección inspirada en la marginalidad urbana, con grafitis en los tejidos, sombreros, boinas, pantalones discontinuos, lazos, volantes, bisutería, líneas fluorescentes y otros elementos sobrepuestos en una estética marcadamente desaliñada.

Luís Buchinho dominó por la sensualidad, donde los tonos beige y tierra volvieron a ser los reyes de la pasarela y el algodón el tejido más usado.

Paulo Cravo y Nuno Baltazar presentaron una colección para el día con fuertes referencias militares, donde combinaron el caqui y el amarillo, mientras que para la noche optaron por vestidos largos, muy pegados al cuerpo y en tonos castaño con reflejos plata y oro.

El uniforme militar también inspiró a Nuno Tiago, pero con tonos beige, blanco, negro y verde limón y con una propuesta romántica que contrastaba con los materiales arriesgados.

 

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