El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) comenzó ayer a formar un nuevo gobierno, luego de un espectacular triunfo electoral que aumentó la preocupación del estamento laico del país en torno a las raíces islámicas de la agrupación.
Turquía tratará de contar con un nuevo gabinete en un plazo de dos semanas, el tiempo mínimo para formar un gobierno.
Fundado hace sólo un año, el AKP tiene escasa experiencia en el poder, enfrenta un caso judicial que intenta proscribirlo y cuenta con un líder al que la justicia le prohibió ocupar cualquier cargo gubernamental.
Las proyecciones dieron al AKP más de 360 de los 550 escaños en la asamblea. Sólo otra organización, el izquierdista Partido Republicano del Pueblo, superó la barrera del 10 por ciento de los votos necesarios para ingresar al parlamento.
"El AKP no está listo para gobernar a Turquía por su cuenta y no estoy seguro de si eso es lo que realmente quería", dijo Rusen Cakir, autor de un libro sobre el líder del AKP y ex agitador islámico Recep Tayyip Erdogan.
Erdogan, ex alcalde de Estambul, estuvo preso por sedición islámica a fines de la década de 1990 y, por esa razón, la justicia le prohibió postularse para el parlamento.
Todavía esta pendiente otro tema. Washington está buscando el apoyo turco para utilizar sus bases aéreas en una eventual operación militar contra el vecino Irak. |