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Es difícil decir exactamente cuándo Leo Bertrand hizo la transición de un muchacho de granja de mejillas rosadas, a un pillo maquinador y criminal. Sabemos que con 21 años de edad, y bastante buen mozo, Leo se casó con Rose Asseline.
Los recién casados se establecieron en Ottawa, donde Leo consiguió empleo como conductor de taxi. En 1934, esa ocupación proveía a los Bertrand de un magro medio de vida. Leo quería más de la vida.
Entonces nuestro muchacho descubrió esa gran fuente de dinero rápido ilícito, los seguros. Se enteró que podía asegurar la vida de Rose por 5,000 dólares, los que con una doble cláusula de indemnización en el caso que Rose falleciera debido a un accidente, el pago sería doblado a 10.000 dólares, una verdadera fortuna en esos días. Leo compró una póliza. No le importó un comino que su esposa estuviera esperando un bebé.
Leo fue visto más tarde pasando un semáforo en rojo donde el camino de St. Polycarpe cruzaba la carretera principal de Ottawa. Continuó por el camino, lo cual era extraño. Este terminaba a poca distancia en un muelle sobre el lago St. Francis. Dios mío, ¿qué estaba haciendo Leo Bertrand con su esposa embarazada en un muelle en mitad de una fría noche de invierno?
Poco después, Leo despertó a Alcide Methot, quien vivía a poca distancia del muelle. Histéricamente, espetó que su auto había caído desde el final del muelle con su esposa embarazada Rose y una caja de huevos Grado A adentro.
Los dos hombres corrieron al cercano White House Hotel, donde encontraron varios hombres en el salón de bebidas. Todos corrieron hacia el final del muelle en un intento por extraer al auto, Rose y los huevos, de las heladas profundidades del lago Sr. Francis. Leo frenéticamente explicaba que cuando había intentado dar vuelta el vehículo, la parte delantera había caído por sobre el muelle. Se había quedado balanceándose allí. El había podido salir y había intentado tirar del auto para sacarlo de su precaria situación. No resultó y el auto cayó a las aguas. Los hombres trabajaron durante toda la noche antes de localizar al auto a unos 15 metros del final del muelle.
La policía olió a rata encerrada. Cuando el auto fue examinado, allí estaba Rose al lado del cajón de huevos. La puerta del conductor estaba abierta, pero el cajón de huevos le bloqueaba la salida. La puerta del pasajero estaba asegurada y le faltaba la manija. Fue encontraba en el baúl del auto.
Además, la policía notó rastros de cubiertas en la nieve, indicando que el auto había acelerado enormemente antes de caer al lago. Esto explicaría por qué el vehículo fue encontrado completamente abierto. Los investigadores estaban seguros de que Leo había encerrado a su esposa en el auto y había saltado mientras éste corría hacia el lago. El descubrimiento de la póliza de seguros fue el azucarado sobre la torta.
Leo fue arrestado y acusado del asesinato de su esposa. El 2 de diciembre de 1935 fue sometido a juicio. A pesar de las abrumadoras pruebas circunstanciales en su contra, Leo Bertrand fue encontrado inocente.
Unos días más tarde Leo recogió los 10,000 dólares de la compañía de seguros. En unos pocos meses estaba nuevamente sin fondos.
Leo concibió otra estratagema para enriquecerse rápidamente. Era simple. Robaría un banco. Junto con un compinche, Anatole Letreille, Leo viajó a la pequeña ciudad de Rosell, Ontario. Planearon hacer una extracción no autorizada del Bank of Nova Scotia.
Las cosas no fueron bien. Anatole se acercó a los cajeros y con voz de Humphrey Bogart gritó, "esto es un asalto. Levanten las manos". El gerente Charlie Steward oyó el grito y tomó el revólver provisto por el banco del cajón de su escritorio, Leo, blandiendo un arma propia, eligió justo ese momento para entrar en la oficina del gerente. Leo tiró. Le erró. Charlie tiró. Le erró. El tiroteo acabó con el valor de Leo y Anatole. Corrieron a su auto y escaparon vivos, pero sin dinero. Ambos hombres fueron rastreados y detenidos a pocas semanas del abortado asalto.
El 19 de octubre de 1936, Leo y Anatole fueron juzgados en L'Orignal, Ontario. Fueron encontrados culpables del intento de asalto y sentenciados a 15 años de prisión. Las ominosas puertas de Kingston Penitenciary se cerraron detrás de Leo Bertrand.
Se comportó bien en prisión. Tres años después de haber entrado a Kingston, fue transferido a Prince Albert, Saskatchewan, donde se distinguió como acólito de la capilla católica romana de la institución. Después de servir su sentencia durante 11 años, fue liberado el 9 de marzo de 1948. Volvió a Otawa, donde consiguió empleo en la empresa de limpieza a seco de Lyle Blackwell. Dos años más tarde, era gerente de planta.
Un día, casi por casualidad, Leo notó un aviso en la parte de atrás de una caja de fósforos. Se inscribió para un curso por correspondencia en una "fábrica" de diplomas. Mágicamente, fue transformado en Leo Bertrand, doctor en Teología, Psicología, Filosofía y otras cosas.
El Dr. Bertrand pronto conoció a la bonita y correcta maestra de escuela Ruth Bouchard. Ruthie se enamoró. Leo era un muchacho ocupado. Abrió una oficina, donde daba un montón de consejos, mantenía su posición de gerente en la planta de limpieza a seco y además cortejaba a Ruthie.
Todavía no estaba contento. Leo, de 36 años, quedó prendado de Marie Charette, de 53, una costurera en la planta. Más precisamente se prendó de las dos amplias casas que Marie había heredado. El 2 de septiembre de 1951, se casó con la viuda Charette, pero no renunció a su romance con Ruthie.
Los recién casados redactaron testamentos dejando todo lo que poseían uno al otro. Dos meses después del matrimonio, Leo alquiló una aislada cabaña en las orillas de lago Ste. Marie, Quebec. También compró dos latas de veinticinco litros de Varsol.
Una noche de invierno, varios hombres que conducían a lo largo de un camino rural se encontraron con Leo y su Cadillac caído en una zanja. Había nevado copiosamente y los hombres se detuvieron para dar una mano. Leo les contó que él y su esposa habían estado en una cabaña cercana cuando una lámpara había explotado, quemándole la mano a ella. Cuando había ido a buscar vendas al auto, la cabaña había estallado en llamas.
.Leo debidamente informó del accidente a la policía. Mientras se aproximaban a los calcinados escombros, la Policía Provincial de Quebec encontró un taco de papeles en la nieve que olían a Varsol. Una lámpara Coleman fue encontrada al lado del cuerpo incinerado de Marie. La lámpara estaba chamuscada y negra, pero estaba intacta. Esta era la lámpara que Leo afirmaba que había explotado. Lo más incriminatorio fueron las dos latas vacías de veinticinco litros de Varsol encontradas cerca de la lámpara.
El 12 de mayo de 1952, Leo fue juzgado por el asesinato de su segunda esposa.
Cuando se probó que el Varsol provenía de la planta de limpieza a seco de Leo, su destino estaba sellado. Fue encontrado culpable de asesinato.
El 11 de junio de 1953, Leo Bertrand fue ahorcado en la Bordeaux Jail de Montreal. |
