El desgreñado guerrillero que ingresó triunfante a Managua en 1979 en uniforme verde olivo, una hoz y un martillo en el bolsillo, se presenta ahora de camisa rosada y crucifijo en el pecho.
Daniel Ortega Saavedra, de 56 años, es el otrora guerrillero sandinista, que busca volver al poder mediante el voto en las elecciones presidenciales de hoy domingo.
Después de haber gobernado en la década del 80 y aunque para muchos era "un cohete quemado" luego de dos derrotas en los procesos de 1990 y 1996, Ortega está cerca de la presidencia como candidato del izquierdista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Las encuestas de intención de voto lo colocan en un empate técnico con su principal contendiente, el empresario Enrique Bolaños, aspirante del oficialista partido Liberal Constitucionalista (PLC.
La popularidad de Ortega se explica aquí por las constantes denuncias de presunta corrupción en el gobierno liberal del presidente Arnoldo Alemán.
No obstante, Ortega es considerado por sus opositores como "un maestro del disfraz".
En la disputa electoral de 1990 contra la ex presidenta Violeta Barrios de Chamorro, Ortega vestido como vaquero se presentó con el mote machista de "El Gallo Ennavajado".
Y ahora, en la contienda contra Bolaños, la antigua bandera rojinegra del FSLN, que significaba "patria o muerte", cambió a una de color rosa, tapizada de margaritas.
Su discurso también varió. En 1979 ofrecía que "sólo los campesinos y trabajadores llegarían al final", en 1996 incluyó a los empresarios. Hoy ofrece "la tierra prometida" a todos.
Los furibundos sandinistas que antes quemaban banderas de Estados Unidos, ahora las enarbolan en sus mítines, mientras sus pancartas dicen que "el amor es más fuerte que el odio".
NO SIEMPRE FUE ASI
Siguiendo modelos revolucionarios de izquierda, durante su gobierno de 10 años Ortega confiscó propiedades, estatizó la banca, censuró la prensa y expulsó sacerdotes.
El derrocado dictador Anastasio Somoza fue el primero en ser confiscado. Ortega fue prisionero de Somoza durante siete años.
Durante su década en el poder, Ortega encarceló a más de 2.000 ex guardias somocistas y a miles de opositores. A esa época en Nicaragua el Papa Juan Pablo II la denominó "La Noche Oscura".
Ni siquiera las acusaciones de violación por parte de su hija Zoilamérica Murillo y que han tenido repercusión internacional, han logrado debilitar a Ortega.
Pero conforme se fortalecía su favoritismo, el ex guerrillero encontró en el camino a sus antiguos enemigos: los norteamericanos que por medio de altos funcionarios han dejado constancia de las reservas que tienen sobre un gobierno sandinista por los vínculos que tienen con países contrario a las políticas norteamericanas.
Los cuestionamientos de los estadounidenses incidieron, según expertos, en la caída de Ortega en las encuestas de intención de voto.
BOLAÑOS TRAS UN TRIUNFO POSTERGADO
Enrique Bolaños Gayer, un ingeniero industrial de 73 años amigo de Estados Unidos, espera concretar el hoy domingo un antiguo sueño: vencer a su viejo rival Daniel Ortega.
Estuvo a punto de ser el candidato en 1990 de una coalición política diseñada para derrotar a Ortega, pero se afirma que su tenaz e indoblegable antisandinismo era peligroso para la reconciliación nacional que se buscaba.
Veintiún años después, la historia coloca a Bolaños frente a frente a su viejo rival y en términos beisboleros ha ofrecido "poncharlo", propinándole su tercera derrota electoral.
Las encuestas lo colocan en un empate técnico con Ortega, que busca la presidencia por tercera vez.
Bolaños fue vicepresidente del mandatario Arnoldo Alemán hasta hace cinco meses y muchos opinan que ese vínculo ha sido un lastre para su campaña.
Los sandinistas lo acusan de ser cómplice de éste, porque manejó una comisión de transparencia que tuvo pocos efectos correctivos.
Bolaños recientemente ofreció investigar y perseguir a cualquier funcionario que se haya enriquecido en el poder.
Confiscado y encarcelado por el gobierno de Ortega en los años 80, con su firme carácter, su gran capacidad organizativa y su estilo mordaz, Bolaños se convirtió en el máximo líder de la empresa privada, en la lucha cívica antisandinista.
De hablar suave y pausado, el candidato ha recordado y atacado con la misma energía y dureza el desastroso gobierno sandinista de los años 80.
Estos ataques arreciaron a raíz de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono, Washington.
Recordó que muchos de los líderes del medio oriente son amigos de los sandinistas. Su estrategia se vio alentada por declaraciones de altos funcionarios norteamericanos que advirtieron sobre sus reservas con los sandinistas y sus amistades. |