La conciliación judicial no sirvió ayer para superar la áspera disputa entre el presidente argentino, Eduardo Duhalde, y su antecesor, Carlos Menem, por las primarias del gobernante Partido Justicialista (peronista).
La audiencia de conciliación convocada por la jueza electoral María Servini de Cubría fracasó a causa de que tanto Duhalde como sus representantes no acudieron a la cita.
Carlos Menem, uno de los aspirantes a la candidatura presidencial del peronismo de cara a las elecciones del 30 de marzo de 2003, esperó la comparecencia de su rival durante casi una hora y se retiró de los tribunales sin hacer ningún comentario.
El jefe interino del peronismo, Rubén Marín, quien acudió a la audiencia junto con Menem, culpó del fracaso a Duhalde. Para la conciliación se había citado a Menem, en su condición de jefe del peronismo, y a Duhalde, como líder del Congreso Nacional, máximo organismo del partido.
Pero Duhalde avisó que no acudiría a la cita "porque renunció a ese cargo durante el congreso peronista". Tampoco Menem ejerce la presidencia peronista ya que dejó el cargo interinamente en manos de Marín para disputar la candidatura presidencial, adujeron los seguidores de Duhalde.
La elección del candidato peronista es considerada clave para el proceso electoral argentino, debido a que las encuestas anticipan que el ganador de las próximas elecciones presidenciales será un dirigente de ese partido.
Hasta ahora, los principales contendientes formales para las primarias peronistas son Menem y el ex presidente Adolfo Rodríguez Saá, quien se ha desmarcado de las disputas internas.
Las encuestas coinciden en que en las próximas elecciones presidenciales habrá un alto índice de abstención y señalan como favorito a Rodríguez Saá, seguido por el ex presidente Menem, con una intención de voto del 20 y el 16 por ciento respectivamente. |