Las fuerzas de seguridad detuvieron en Moscú a un supuesto miembro de la guerrilla chechena que tenía en su poder ocho kilogramos de mercurio, metal altamente tóxico, informó ayer Filip Zolotnitski, portavoz de la policía moscovita.
El detenido, identificado como Serguéi Krimgueréi, un tártaro que nació en la región georgiana de Abjasia, formó parte de un destacamento del jefe guerrillero Shamil Basáyev, número dos de los separatistas chechenes, dijo Zolotnitski a la agencia Interfax.
Según el portavoz, Krimgueréi combatió a las órdenes de Basáyev en la guerra georgiano-abjasa (1992-1993) y no se descarta que haya participado también en la guerra de Chechenia.
La policía sospecha que Krimgueréi, quien ofreció resistencia al ser detenido, planeaba utilizar el mercurio con fines terroristas. Entretanto, el Kremlin cerró las puertas a una respuesta pacífica al conflicto en Chechenia, que ya dura una década, prometiendo "eliminar" al presidente electo de la región separatista, Aslan Maskhadov, que una vez fue visto como el único líder rebelde con el que Moscú podría hablar.
En Chechenia, las fuerzas rusas aumentaron las "operaciones especiales" persiguiendo rebeldes que podrían tener vínculos con la toma de cientos de rehenes en un teatro de Moscú, que duró 58 horas. Las tropas rodearon campos de refugiados en la vecina Ingushetia, en la frontera occidental con Chechenia.
"Tenemos que eliminar a las personalidades del movimiento: Maskhadov, (Shamil) Basayev y (Ruslan) Gelayev", dijo en conferencia de prensa Sergei Yastrzhembsky, portavoz del Kremlin para Chechenia.
Basayev y Gelayev son dos comandantes de alto rango en el terreno que se cree coordinan las acciones contra las tropas rusas. La guerra en Chechenia, que desde hace tiempo transcurre lejos del público, regresó la semana pasada al centro del escenario político, después que unos 50 rebeldes armados tomaron un concurrido teatro moscovita, exigiendo la retirada de Rusia de la devastada región. |