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Momentos en que sacaban el cuerpo completamente calcinado de una de las víctimas.  |
La mañana de ayer martes, se tiñó de sangre en el sector oeste. La sorpresa fue el factor denominador. La muerte llegó vertiginosamente sin dar tiempo siquiera a percartarse de su llegada.
Pedazos de alambre, metales, vidrios, plástico, caucho y la misma carne humana nunca antes estuvieron tan unidos.
Ayer, los cuerpos de cinco personas permanecieron inmóviles en tres autos. Fueron achicharrados por la bola de fuego provocada por un accidente registrado en la autopista Arraiján - La Chorrera.
A las 7:25 a.m. el autobús de la ruta de “Ciudad del Futuro” No.154 y placa 2744, ocasionó la múltiple colisión a la altura de “El Carriza”.
El vehículo del transporte público conducido por Alexis Raúl Delgado Escobar, de 32 años, venía de Panamá y se cruzó a la vía contraria, sembrando la muerte a su paso hasta quedar volcado en una cuneta.
VICTIMA
En el accidente perdieron la vida Osvaldo Sánchez González, de 32 años, y su acompañante Olga Raquel Yangues, de 49 y residente en Lídice, quienes viajaban en un vehículo Hyundai Elantra, color gris con placa 566156.
Las otras víctimas fueron el taxista Melquiades Abel Rodríguez, de 42 años de edad, conductor de la unidad 3278; el tico Benedicto Francisco Solano, de 50 años, quien operaba un auto Gran Caravan color beige con placa Nº 115868, y su acompañante Brenda Escala, 27 años.
Brenda Escala, residente en el sector de “Leopoldo Castillo” en La Chorrera, se había graduado de Licenciada en Turismo y trabajaba con su novio en una empresa de mármol, propiedad de su suegro, Benedicto Francisco Solano. Su novio, quien regularmente viajaba con ellos, se salvó porque no los pudo acompañar ayer.
CUADRO DANTESCO
“No sé si es el respaldar del auto o es la carne quemada del conductor de uno de los vehículos”, dijo uno de los agentes de socorro a sus compañeros que intentaban sacar los cuerpos de los inservibles automóviles que estaban apostados en el tramo de la autopista que conduce hacia la ciudad capital.
A pesar que lo único que se veía de los conductores y pasajeros eran su cráneos y cuerpos quemados, prácticamente sin piel, se les pudo identificar.
Al lugar del accidente se presentó la señora Sidia de Rodríguez, esposa del taxista Melquiades Rodríguez, quien al ver el cadáver calcinado de su esposo, cayó desmayada, por lo que tuvo que ser auxiliada por los bomberos y paramédicos. Una vez recuperada, la mujer gritaba: no puede ser, ¿qué va hacer de mis dos hijos?.
Entre tanto, Alexis Delgado Escobar, conductor del bus causante de la desgracia, fue atendido en el cuarto de urgencia del Nicolás Solano junto con su secretario, Rafael Aristides Ureña, de 32 años.
La jefa del cuarto de urgencias, Yamilka Abad, dijo que el estado de ambos era estable, solo que al conductor hubo que trasladarlo al Santo Tomás porque tenía que ser visto por un neurocirujano porque presentaba politraumatismo y fractura en la columna cervical; su acompañante también tenía politraumatismo pero fue dejado bajo observación.
El busero, desde una camilla donde esperaba la ambulancia para ser trasladado al Santo Tomás, sólo atinó a decir: “se me explotó una llanta del bus, perdí el control y caí encima de los autos”.
¿COMO OCURRIO?
Según versiones de testigo, al bus de Ciudad Futuro se le explotó una llanta y su conductor perdió el control. El bus pasó por la cuneta que divide los tramos de la autopista, donde da vuelta e impacta levemente un pick up con placa 351517 conducido por Anselmo Gutiérrez; cae posteriormente sobre un auto sedán que se dirigía hacia Panamá, y su vez dos autos más chocan provocando una combustión inmediata.
Un barranco cubierto con herbazales amortiguó la estrepitosa caída.
HABLA UN SOBREVIVIENTE
El herrero Luis Alberto Córdoba dijo que escuchó claramente una explosión y luego vio que un bus se salía de su paño. En cuestión de segundos, el pick up donde viajaba como pasajero recibió un ligero golpe. “Lo demás fue un infierno detrás de nosotros”, señaló.
“Todos murieron de forma instantánea”, afirmó Córdoba. “Realmente no escuché que nadie haya gritado auxilio. Todo fue rápido. Las llamas se hicieron cargo de rematar cualquier leve indicio de vida en ese fatal accidente”.
Luis se siente impactado por la tragedia. Dijo que ese no era su momento y reconoció que pudo haber tenido la misma suerte de las cinco personas que fallecieron. |