La prostitución juvenil es un problema mucho más grave que el de ver en un noticiero, vehículos abordando a jóvenes menores de ambos sexos, para practicar fines sexuales.
Tenemos que saber, qué es la prostitución juvenil y quiénes son los individuos más propensos a participar de estas actividades.
La prostitución es la conducta que mayor perjuicio físico-causa, acarrea a individuos, faltos de orientación y que suele llevar enfermedades de transmisión sexual y mental, además del aprendizaje de conductas y actitudes opuestas a una sana formación integral y social, de quien ejerce dicha profesión.
Los jóvenes adolescentes generalmente, se inician en la prostitución, al entrar en la pubertud, aunque se registran casos de sexualidad precoz. Suele ser una conducta característica de la mujer, pero en los últimos tiempos los índices de prostitución masculina va en aumento.
En el menor de edad, la sexualidad irregular, desviada o precoz, está relacionada con ambientes socio-culturales, en donde los problemas de sexo no son tratados con sentido formativo; un alto porcentaje de menores prostitutas fueron víctimas a temprana edad, de abusos sexuales, sometidas a experiencias o enseñanzas notoriamente inconvenientes.
Ello sumado a experiencias de trato cruel y otras situaciones familiares adversas, precipitan la fuga del hogar y facilitan contactos con medios en donde la menor es explotada por adultos corruptos e inescrupulosos.
La prostitución clandestina, que explota a jovencitas, que a falta de vigilancia de sus padres y aparte el hecho de contar con influencias negativas, entran en contacto con ambientes en donde se comercia con el sexo. Conducta relacionada con fines puramente económicos, que no necesariamente implica el abandono del hogar, trayendo como consecuencia, riesgos en la salud y la higiene.
Así tenemos que la sexualidad irregular o precoz no es sólo un problema aislado de la familia, sino se debe también a la falta de protección a la niñez y de control social de quienes tienen a su cargo, legislar y velar por el bienestar y seguridad social del adolescente.
Tratándose de menores de edad, la prevención es importante, pero más aún la rehabilitación, cuando los impúberes que se dedican a este tipo de actividad, son llevados a los juzgados, los resultados educativos, son más negativos que positivos, dado que carecemos de verdaderas políticas gubernamentales, creadas con el fin de socializar y reeducar al menor en circunstancias especiales, que más que infractores, son víctimas de una sociedad desprovista de verdaderos valores morales y espirituales. |