|
Las leyes podrían ser una gran mentira en nuestro país, no porque no exista voluntad de aplicarlas, sino sencillamente porque no hay presupuesto para ejecutarlas.
Recordemos Colón Puerto Libre que fue un logro del pueblo de la costa Atlántica; sin embargo, su ejecución vive en un sueño que todavía no se ha hecho realidad.
Las comunidades se entusiasman, los políticos dicen haber alcanzado la meta, el día de su aprobación hay fotos, poses excesivas, hay noticias y editoriales, pero todo llega hasta ahí.
Si se investigaran todas estas leyes aprobadas nos percataríamos que muchas quedan ahí; en la Gaceta Oficial, pero nunca se materializan. Esto indica que hay algo malo en nuestro país.
La democracia no puede fallar, no se puede legislar para la forma sino para el fondo. No se deben aprobar leyes para llenar los discursos de los presidentes salientes de un período.
Es algo difícil lo que ocurre, en nuestra legislación debe haber una correlación entre la ley y su presupuesto de ejecución; no hacerlo es frenar el desarrollo y dar desaliento a los pueblos.
Un fantasma recorre a América del Sur, es el cansancio y la poca fe de los ciudadanos en los políticos; ¿qué ocurrirá cuando dejen de creer en el sistema? Brasil, Venezuela, Argentina, Perú, Uruguay y Colombia son claros ejemplos. |
