El último adiós a don Vicente Pascual Barquero fue multitudinario.
Una extensa lista de funcionarios, empresarios y panameños de todas las clases sociales se congregaron en la parroquia San Lucas para rendir sus respetos a este patriarca, que dejó tras de sí un imperio confitero, agrupaciones empresariales y numerosas obras benéficas.
Sus deudos y familiares recuerdan a Don Vicente como un hombre que siempre tuvo una sonrisa y un saludo afectuoso y sincero para todos los que lo rodeaban. Al hacer un recuento final de su vida, los que lo conocieron aseguran que sus valores humanos fueron su mayor legado. Aún más grande que su legado material; que de por sí es vasto.
"Él se llevaba bien con todo el mundo", recuerda su primo, Juan Pascual. "Era un hombre trabajador, cortés y que le gustaban mucho las matemáticas".
Sus compañeros en el mundo empresarial coinciden en esta opinión. "Es realmente lamentable para todo el país y para los gremios empresariales, de muchos de los cuales él fue fundador", señaló el industrial Darío Selles, amigo de don Vicente desde hace casi 50 años.
Juan Francisco Kiener -compañero de Vicente Pascual en el Sindicato de Industriales- señaló que "para Don Vicente la felicidad venía de hacer felices a otros. El así vivió su vida".
Por su parte, el expresidente de APEDE, John Bennett, destaca: "Él era una persona comprometida con su prójimo. Y no hay valor más grande que ese".
En el ramo profesional, Vicente Pascual se desempeñó como gerente general de Celloprint, S.A.; fue vicepresidente ejecutivo del Grupo Pascual, que él mismo fundó; presidente de VP Investment Corporation, y director del Grupo Financiero Continental.
En el servicio social y el gremialismo se destacó como uno de los más prominentes miembros del Club Rotario de Panamá, fundador del Sindicato de Industriales de Panamá y de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa.