El partido Liberal colombiano (oposición) proclamó ayer sábado la candidatura, para las elecciones presidenciales del año próximo, de Horacio Serpa, un curtido dirigente partidista, la mayoritaria del país.
"Acepto con orgullo la designación mirando hacia el futuro para cambiar la realidad nacional", dijo Serpa ante la convención partidaria en el Palacio de los Deportes de Bogotá, al aceptar la postulación a suceder a partir del 7 de agosto de 2002 en la presidencia al conservador Andrés Pastrana, que lo derrotó en la elección de 1998. En un discurso interrumpido por aplausos de unos 3.000 asistentes a la convención, Serpa anunció que su eventual gobierno será de corte social, y que sobre ese principio se regirá la política económica de su gestión. "En el gobierno del compromiso social vamos a sepultar el neoliberalismo, vamos a implementar un nuevo esquema social que libere al país de la pobreza", puntualizó. Criticó a Pastrana, al señalar que "en el gobierno del cambio -como el mandatario lo rotuló al asumir la presidencia- hay más desempleo, más violencia, más desplazados".
Además, rechazó una supuesta intención del gobierno del mandatario conservador de convocar a una Asamblea Constituyente con el propósito de prorrogar su mandato. Serpa, un abogado de 58 años ex congresista y ex ministro del Interior, nacido en la ciudad de Bucaramanga, al noreste de Colombia, y con 30 años de actividad política, también criticó la ausencia de resultados del proceso de paz del gobierno de Pastrana con la guerrilla marxista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Las tratativas, iniciadas en enero de 1999, se encuentran suspendidas por el rechazo del grupo insurgente al incremento de los controles militares alrededor del área desmilitarizada de 42.000 km2 que ocupan al sur del país, y escenario de los diálogos. Al respecto, Serpa criticó la actitud de las FARC, y aunque dijo que está convencido de que a través de la negociación política se debe buscar la solución al conflicto armado interno que padece el país desde hace 40 años, le advirtió a las FARC que no pueden seguir "ciegos, sordos y de espalda a la nueva realidad internacional".
Invitó a las FARC -la guerrilla más antigua de América Latina y militarmente poderosa de Colombia, con 16.500 combatientes-, a seguir el ejemplo del Ejército Republicano Irlandés (IRA), que anunció su desarme.
Agregó que hay que reformular el proceso de paz con las FARC con una tregua, y un cese del fuego y de hostilidades, y rechazó una eventual intervención militar extranjera en Colombia, al señalar que "necesitamos cooperación y no intervención". |