Me extrañó que mi humilde auto tuviera problemas con la batería. La había comprado hace dos semanas. Entonces decidí revisarla. ¡Sorpresa! No era mi flamante batería sino una muy vieja. Tan maltratada estaba que al tocar uno de sus cables se le salió el contacto.
Le reclamé al mecánico que me conocía desde que era niño. Hundiendo los hombros, sin descaro, dijo: "Necesitaba de urgencia una batería nueva y la tome prestada. Después se me olvido hacer el cambio...!
Por supuesto que nunca más he vuelto a ese taller de mecánica.
Una familia pagó sus buenos balboas para que le repararan la lavadora. En una semana el aparato botó aceite, no funcionaba bien. En fin, estaba dañada.
Nunca apareció el técnico reparador, a pesar de las llamadas que se le hizo. Lo peor es que ese técnico fue recomendado a otra familia.. y le pasó la misma tracalería.
¡El bellaco se llevó la transmisión de la lavadora y puso otra peor!.
Con algunos sastres hay que andar muy vivo. Resulta que por lo general uno no conoce de tela. Compra "un corte" más o menos fino y no le extrañe que el sastre lo cambie por otro... runcho.
Algo parecido le puede ocurrir con algunos pintores sinvergüenzas. Le juran que la pintura durará años.
No le extrañe que no haya pasado medio año y su casa exhiba "descascarillados" en sus paredes.
No dude que aquel técnico en refrigeración que parece ser muy serio, se llevará su artefacto...¡ y volare!. Búsquelo después en su supuesto taller que no existe. Ni confié en el celular que se cambia más rápido que una camiseta sudada.
Mecánicos que arreglan un daño de un vehículo... y provocan otro que aparecerá en dos semanas. Hoy en Panamá, son productos del juega vivo, la subcultura del bellaco, en fin, del sinvergüenza.
Lo malo de todo esto, es que los tracaleros afectan la imagen de los técnicos serios y honestos.
Todo lo anterior tiene que ver con los valores que parece algo raro en algunos panameños.
Así que Ud. debe protegerse de los tracaleros. Tenga buenas referencias, confirme la existencia de talleres y celulares, revise para ver si hicieron bien el trabajo.. ¡y ruegue a Dios para que no lo engañen!.